El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que restablece la política de "máxima presión" contra Irán, con el objetivo de evitar que el país adquiera armas nucleares. Esta medida instruye al Departamento del Tesoro a implementar sanciones severas para reducir a cero las exportaciones de petróleo iraní. A pesar de su preocupación por las duras consecuencias para Irán, Trump expresó su deseo de llegar a un acuerdo pacífico. La decisión se produce en un contexto donde Irán ha recuperado su industria petrolera tras la administración Biden, alcanzando niveles de producción no vistos desde 2018.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una orden ejecutiva que restablece la estrategia de «máxima presión» contra Irán. Esta decisión se produce en el contexto de su próxima reunión con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
La nueva orden tiene como objetivo evitar que Teherán desarrolle un arma nuclear y encomienda al Departamento del Tesoro la implementación de sanciones económicas severas. Estas medidas buscan reducir a cero las exportaciones de petróleo iraníes, una acción que podría tener un impacto significativo en la economía del país persa.
Antes de firmar el memorando, Trump manifestó sentirse «desgarrado» por la decisión y expresó su preocupación sobre las consecuencias que estas sanciones podrían acarrear para Irán. «Con suerte, no vamos a tener que usarlo mucho», comentó el mandatario a los periodistas, según reportes de Fox News.
Durante su primer mandato, Trump también había impuesto restricciones severas a Teherán, logrando disminuir sus exportaciones de crudo casi a cero. Sin embargo, bajo la administración del expresidente Joe Biden, Irán logró sortear las sanciones y revitalizar su industria petrolera, alcanzando en 2024 una producción estimada en 54.000 millones de dólares, el nivel más alto desde 2018, según datos de Reuters.