Un estudio de la Universidad de Chicago revela que los bebedores con depresión pueden experimentar niveles similares de placer y estimulación al consumir alcohol en comparación con quienes no padecen esta condición. La investigación, que incluyó a 232 estadounidenses, desafía la idea de que el consumo excesivo reduce los efectos placenteros del alcohol. Aunque se observó que el alcohol puede disminuir ligeramente los sentimientos negativos, los efectos positivos fueron más pronunciados en aquellos con trastorno por consumo de alcohol (TCA). Este hallazgo sugiere que el placer asociado al alcohol podría ser un factor que impulse la dependencia. Se planea un nuevo estudio para evaluar cómo afecta el consumo de alcohol a personas mayores con antecedentes de TCA. Para más información, visita el enlace.
Investigaciones recientes han puesto en duda la creencia generalizada de que el alcohol disminuye los efectos placenteros del consumo excesivo. Según un estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Chicago, los bebedores que padecen depresión pueden experimentar niveles similares de estimulación y placer en comparación con aquellos que no sufren esta condición.
La investigación se llevó a cabo con una muestra de 232 estadounidenses, todos ellos entre 21 y 35 años, una etapa de la vida en la cual es común el consumo elevado de alcohol. Se observó que aproximadamente la mitad de los participantes había experimentado trastorno por consumo de alcohol (TCA) en el último año, siendo esta proporción equivalente entre quienes presentaron o no síntomas significativos de depresión. Para garantizar la seguridad del estudio, se excluyó a personas con pensamientos suicidas y síntomas severos de abstinencia.
Los participantes utilizaron sus teléfonos inteligentes para responder preguntas durante sesiones tanto con como sin ingesta de alcohol. Los resultados indicaron que el consumo de alcohol reducía levemente los sentimientos negativos, independientemente del estado depresivo o del TCA. Sin embargo, los efectos positivos fueron notablemente más pronunciados en aquellos individuos que padecían TCA.
Este hallazgo contradice la noción tradicional que sostiene que la adicción al alcohol surge como un intento del cerebro por mantener su equilibrio. La hipótesis conocida como el ‘lado oscuro de la adicción’ sugiere que el consumo excesivo altera los sistemas de estrés y recompensa del cerebro, llevando a las personas a beber para evitar malestar en lugar de buscar placer. No obstante, la investigadora Andrea King argumenta que esta teoría no explica adecuadamente los altos niveles de estimulación y satisfacción observados en los participantes con TCA y depresión, comparando estos efectos a un pedal acelerador que fomenta la dependencia.
La científica ha anunciado planes para realizar un nuevo estudio enfocado en personas entre 40 y 65 años que hayan lidiado con TCA durante décadas. El objetivo es determinar si también experimentan sensaciones placenteras al consumir alcohol en comparación con aquellos sin esta afección. La teoría predominante sugiere que estos individuos podrían mostrar respuestas positivas atenuadas y una alta tolerancia al alcohol.
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Cifra | Descripción |
---|---|
232 | Número total de participantes en el estudio |
21-35 años | Rango de edad de los participantes |
50% | Porcentaje de participantes con trastorno por consumo de alcohol (TCA) |
50% | Porcentaje de participantes que experimentaron depresión significativa |