Los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo han extraído importantes enseñanzas del Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), parte del Plan Juncker, lanzado en 2015. Este fondo tenía como objetivo abordar el déficit de inversión tras la crisis financiera de 2007-2008, con la meta de movilizar 500.000 millones de euros en inversiones adicionales mediante una garantía presupuestaria de la UE. En un próximo informe, se evaluará si el FEIE cumplió sus promesas y se analizarán tres aspectos clave: la estimación de la inversión movilizada, la adicionalidad del fondo y el seguimiento del rendimiento. Las conclusiones servirán para mejorar la gestión de futuros programas europeos.
El Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas (FEIE), lanzado en 2015 por la Comisión Europea y el Grupo del Banco Europeo de Inversiones, se enmarca dentro del Plan de Inversiones para Europa, conocido popularmente como «Plan Juncker», en honor al entonces Presidente de la Comisión. Este fondo fue creado con el propósito de abordar el déficit de inversión que surgió tras la crisis financiera de 2007-2008, periodo durante el cual el gasto en inversiones en la UE disminuyó cerca del 15%. El FEIE ofrecía una garantía presupuestaria de 26.000 millones de euros, complementada por 7.500 millones de euros provenientes del BEI, destinados a apoyar infraestructuras e innovación, así como a facilitar el acceso a financiación para pequeñas y medianas empresas (pymes).
El objetivo era movilizar un total de 500.000 millones de euros en inversiones adicionales mediante esta financiación pública. En un próximo informe, los auditores del Tribunal de Cuentas Europeo evaluarán si el FEIE ha cumplido con sus promesas y qué lecciones se pueden extraer de su implementación.
El FEIE se concibió como un programa clave para facilitar la financiación de inversiones estratégicas en diversas áreas políticas europeas y mejorar el acceso a recursos financieros para las pymes. Su meta era multiplicar por 15 la inversión inicial de la UE, alcanzando así una movilización total prevista de 500.000 millones de euros. Se esperaba que una inversión inicial de 33.500 millones generara alrededor de 100.000 millones en financiación adicional del BEI y del Fondo Europeo de Inversión (FEI), utilizando un multiplicador que permitiría alcanzar los objetivos fijados para finales de 2022.
Una característica fundamental del programa es el principio de «adicionalidad», que estipula que las garantías otorgadas por la UE deben destinarse a proyectos que corrijan disfunciones del mercado o situaciones subóptimas que no habrían podido llevarse a cabo sin este apoyo financiero.
No es la primera vez que se analiza el funcionamiento del FEIE; ya en 2019 se plantearon interrogantes sobre su rendimiento en un informe anterior donde se realizó una evaluación exhaustiva. En aquel momento, se concluyó que era necesario fundamentar mejor la eficacia del FEIE.
En un nuevo informe programado para marzo, los auditores examinarán tres aspectos clave: primero, si se estableció y aplicó un enfoque sólido para estimar las inversiones movilizadas; segundo, si se demostró adecuadamente la adicionalidad del FEIE; y tercero, si existieron mecanismos adecuados para monitorear y reportar su rendimiento. Esta auditoría prestará especial atención a cómo el FEIE ha respaldado las inversiones en pymes.
Como auditores, seguimos el rastro del dinero, lo que significa que nuestras auditorías se realizan después de que los fondos han sido desembolsados o utilizados. Por ello, es necesario esperar un tiempo antes de llegar a conclusiones definitivas. La nueva auditoría sobre el FEIE busca resaltar la buena gestión financiera relacionada con la garantía presupuestaria de la UE al final de 2022, fecha límite para acordar financiamiento y cumplir con el objetivo ambicioso de movilizar 500.000 millones en inversiones adicionales.
Nuestras recomendaciones servirán para mejorar la gestión futura de cualquier programa europeo que utilice garantías presupuestarias similares, incluyendo InvestEU. El informe completo estará disponible en nuestro sitio web en marzo; no te lo pierdas.
El FEIE, o Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, fue lanzado en 2015 por la Comisión Europea y el Grupo del Banco Europeo de Inversiones como parte del Plan de Inversiones para Europa, también conocido como «Plan Juncker». Su objetivo principal era abordar el déficit de inversión que surgió tras la crisis financiera de 2007-2008.
El objetivo del FEIE era movilizar 500.000 millones de euros en inversiones adicionales mediante una garantía presupuestaria de la UE de 26.000 millones de euros y recursos del BEI por 7.500 millones de euros, apoyando infraestructuras, innovación y facilitando el acceso a financiación para pequeñas y medianas empresas.
El próximo informe de auditoría examinará si se estableció un enfoque sólido para estimar la inversión movilizada, si la adicionalidad del FEIE estaba suficientemente demostrada y si existía un seguimiento adecuado del rendimiento del FEIE, centrándose especialmente en las inversiones en apoyo a las pymes.
El principio de «adicionalidad» establece que la garantía de la UE debe concederse a proyectos que solucionen disfunciones del mercado o situaciones de inversión subóptimas que no habrían podido ser llevadas a cabo sin esta garantía.
El nuevo informe sobre el FEIE se publicará en marzo y destacará la gestión financiera de la garantía presupuestaria de la UE y las conclusiones sobre la aplicación del programa al final de 2022.