PayPal ha admitido haber congelado la cuenta de la activista británica Molly Kingsley debido a sus críticas a las políticas relacionadas con COVID-19, lo que ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión y la censura corporativa. Kingsley, fundadora del grupo UsForThem, fue informada de la suspensión de su cuenta tras la recopilación de un dossier por parte de PayPal que citaba extractos de su libro en contra de medidas como las vacunaciones obligatorias y el cierre de escuelas. Este incidente no es aislado, ya que otros críticos también experimentaron congelamientos similares. La intervención de la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido llevó a la reinstalación de su cuenta después de 22 días, mientras miles de usuarios boicotearon a PayPal en solidaridad. Este caso pone de relieve una tendencia más amplia hacia la censura financiera y plantea cuestiones sobre la responsabilidad y transparencia corporativa en el discurso público.
La empresa PayPal ha admitido que congeló la cuenta de Molly Kingsley, una destacada activista británica en defensa de los derechos infantiles, debido a sus críticas hacia las políticas implementadas durante la pandemia de COVID-19. Este reconocimiento ha reavivado el debate sobre la libertad de expresión y la censura corporativa.
Kingsley, fundadora del grupo UsForThem, fue notificada en septiembre de 2022 sobre la terminación de su cuenta bajo el argumento de “la naturaleza de sus actividades”. Documentos revelados durante un proceso previo a acciones legales indican que PayPal recopiló un expediente sobre ella durante cuatro meses, citando extractos de su libro The Children’s Inquiry, donde critica medidas como las vacunaciones obligatorias y el cierre de escuelas.
El expediente elaborado por PayPal incluía pasajes que cuestionan las restricciones impuestas a los niños. Uno de ellos afirmaba: “Algunos pueden sostener que las restricciones aplicadas a los niños eran un mal necesario. Nosotros decimos que un paradigma de salud pública que busca proteger a los adultos sin considerar los costos para los niños es la antítesis de ‘salud pública’.” Otro fragmento abordaba la estigmatización de los niños con exenciones para el uso de mascarillas.
La admisión por parte de PayPal representa un momento crucial en el debate sobre el poder corporativo y la libertad de expresión. La compañía argumentó que la cuenta fue congelada debido al contenido publicado por UsForThem relacionado con las vacunaciones obligatorias y el cierre escolar, alegando una violación a su política de uso aceptable.
Tras 22 días, la cuenta de Kingsley fue restablecida gracias a la intervención de la Autoridad Financiera Conductual del Reino Unido (FCA), que exigió una “explicación urgente” a PayPal. Sin embargo, su caso no fue único; otros críticos como Toby Young y el grupo Law or Fiction también vieron sus cuentas congeladas durante ese periodo.
Law or Fiction calificó esta acción como “un asalto flagrante a la libertad de expresión”, mientras que Young expresó su sospecha sobre el interés de PayPal en silenciar críticas hacia la respuesta gubernamental ante la pandemia. La reacción del público fue rápida, con miles de usuarios boicoteando la plataforma en solidaridad con aquellos afectados.
El caso Kingsley pone en evidencia un contexto más amplio relacionado con la vigilancia gubernamental durante la pandemia. Su actividad en redes sociales fue objeto de monitoreo por parte del Unidad Contra Desinformación del Reino Unido, que colaboró con empresas tecnológicas para suprimir discusiones críticas respecto a las medidas restrictivas.
Kingsley afirmó: “PayPal parece haber admitido lo que sospechábamos desde hace tiempo: que participó en congelaciones motivadas políticamente contra quienes criticamos la respuesta del gobierno al COVID.” Por su parte, PayPal ha negado cualquier sesgo político, asegurando que sus revisiones se basan en el cumplimiento con sus políticas.
La persecución contra críticos del confinamiento por parte de PayPal forma parte de una tendencia creciente donde instituciones financieras ejercen su poder para silenciar voces disidentes. En Canadá, se congelaron cuentas bancarias durante protestas contra mandatos vacunales. En Estados Unidos, se informó que investigadores federales pidieron a bancos marcar transacciones relacionadas con términos políticos específicos.
A medida que se difuminan las líneas entre política corporativa y censura política, surgen interrogantes sobre responsabilidad y transparencia. El acceso a servicios financieros es fundamental para el funcionamiento efectivo en la sociedad contemporánea; negarlos basándose en opiniones políticas o ideológicas puede desestabilizar financieramente y silenciar voces críticas.
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