Investigadores del University College de Londres están llevando a cabo un estudio innovador para combatir el alcoholismo mediante la administración de dimetiltriptamina (DMT), una potente droga psicodélica. Este enfoque busca ofrecer un tratamiento alternativo y seguro para reducir el consumo excesivo de alcohol, especialmente en aquellos que no responden a las terapias convencionales. La DMT, presente en ciertas plantas y conocida por su uso en ceremonias de ayahuasca, podría influir en la neuroplasticidad del cerebro y ayudar a modificar los recuerdos asociados al consumo de alcohol. El estudio, que incluirá 120 participantes y durará nueve meses, se convertirá en uno de los más grandes sobre imágenes cerebrales psicodélicas. Para más información, visita el enlace.
En un esfuerzo por combatir el alcoholismo, un equipo de investigadores del University College de Londres ha iniciado un estudio que involucra la administración de una potente droga psicodélica a voluntarios con problemas de consumo. El propósito de esta investigación es determinar si esta sustancia puede servir como un método alternativo y seguro para reducir el consumo excesivo de alcohol.
La droga en cuestión es la dimetiltriptamina (DMT), reconocida como una de las sustancias psicoactivas más potentes presentes en la naturaleza. Esta sustancia se encuentra en ciertas plantas y animales, así como en pequeñas cantidades en el organismo humano. Además, la DMT es el componente principal de la ayahuasca, una bebida psicodélica utilizada en ceremonias tradicionales en América Central y del Sur.
El investigador Ravi Das señala que «los tratamientos actuales [para la adicción al alcohol] no funcionan para una proporción significativa de personas». Según sus datos, aproximadamente el 50 % de los bebedores compulsivos recaen dentro de los tres meses posteriores al tratamiento, mientras que entre el 60 y 70 % lo hace en un período de tres años.
Las terapias convencionales para tratar el alcoholismo no han experimentado cambios significativos en las últimas siete décadas. Por ello, Das enfatiza la necesidad de desarrollar «nuevos fármacos y enfoques terapéuticos». En este sentido, afirma que si la DMT puede ofrecer un enfoque terapéutico más eficaz, merece ser explorada a fondo.
La elección de la DMT para este ensayo clínico se debe a su capacidad para ser administrada de manera segura y a su influencia sobre la neuroplasticidad, es decir, sobre cómo el cerebro se adapta a nuevas situaciones. Este alucinógeno ya ha mostrado resultados prometedores en tratamientos para la depresión y en programas para dejar de fumar.
El estudio consiste en administrar a los participantes una dosis intravenosa de DMT con el fin de evaluar si esta puede interferir con los recuerdos asociados a las recompensas del alcohol