José Rodríguez | Viernes 17 de abril de 2020
El fallecido expresidente Hugo Chávez, que a comienzos de siglo se presentaba como un político inocente, todo un corderito, manifestando que era un honrado ciudadano que estaba dispuesto a acoger con gusto al capital extranjero para que invirtiera en Venezuela, a rabioso e histriónico dictador que se mofa expropiando edificios privados, empresas y entidades bancarias, además de reirse y ridiculizar a jefes de estado extranjeros.