Un nuevo sondeo de RMG Research revela que casi la mitad de los empleados federales planean resistir la administración de Trump. El 42% de los gerentes del gobierno federal admiten su intención de oponerse al presidente electo, lo que plantea preocupaciones sobre la lealtad dentro del sistema gubernamental. La encuesta muestra una clara división política: el 89% de los empleados republicanos apoyará a Trump, mientras que el 73% de los demócratas planea resistir. Esta situación resalta un problema más amplio: una burocracia federal desconectada de las preocupaciones del ciudadano promedio y un potencial desafío a la autoridad presidencial.
Un reciente sondeo realizado por RMG Research ha revelado un alarmante nivel de deslealtad entre los gerentes del gobierno federal a medida que la administración de Trump se prepara para asumir el poder.
Según la encuesta, casi la mitad de estos burócratas del denominado "Estado profundo" —un 42%— admiten que planean resistir activamente al presidente entrante, lo que representa una señal preocupante de división dentro del sistema encargado de representar la voluntad del pueblo estadounidense.
El sondeo, reportado por The Daily Signal, abarcó tres grupos distintos: el “1% elite”, compuesto por individuos con títulos de posgrado que ganan más de $150,000 anuales; los “Americanos de Main Street”, que representan aproximadamente el 75% de la población estadounidense; y los gerentes federales que residen en Washington D.C. y ganan $75,000 o más. Entre los gerentes federales encuestados, un 44% manifestó su apoyo a la administración Trump, mientras que un alarmante 42% declaró su intención de resistir.
Los números se vuelven aún más reveladores al desglosarse por afiliación política. Entre los empleados federales republicanos, un abrumador 89% expresó planes de “apoyar algo” o “apoyar fuertemente” la administración Trump. En contraste, un 73% de los burócratas demócratas indicó que optarían por “resistir algo” o “resistir fuertemente” al liderazgo entrante.
Esta división partidista no solo es preocupante, sino también peligrosa. Los empleados federales juran servir al pueblo estadounidense y no a sus propias agendas políticas. Sin embargo, una parte significativa parece estar preparándose para una abierta resistencia contra el presidente legítimamente electo, socavando no solo la autoridad de la administración sino también la confianza del país al que deben servir.
Uno de los problemas más evidentes es la dificultad arraigada para destituir a empleados insubordinados o ineficaces del servicio federal. A lo largo de los años, la burocracia gubernamental ha creado un sistema que protege a los malos actores, promoviendo o transfiriendo a empleados problemáticos en lugar de despedirlos. Esta cultura de falta de responsabilidad ha permitido que tanto la resistencia como la incompetencia prosperen sin control.
No obstante, el enfoque de la administración Trump en erradicar el despilfarro y el abuso en el gasto federal podría significar problemas para aquellos que decidan desafiar abiertamente sus deberes. Los gerentes federales que llamen demasiado la atención sobre su resistencia podrían enfrentarse a un escrutinio —incluso a su posible destitución— bajo un presidente comprometido con eliminar ineficiencias burocráticas.
La encuesta también destacó una desconexión notable entre los gerentes federales y el estadounidense promedio. Mientras que los “Americanos de Main Street” y el “1% elite” mostraron alineación en cuestiones críticas como la economía y la inmigración, los gerentes federales priorizaron preocupaciones como el cambio climático, el control de armas y la igualdad—temas que ocupan un lugar mucho más bajo entre la población general.
Este desajuste subraya un problema más profundo: una burocracia federal cada vez más desconectada del pueblo al que sirve. A medida que el presidente Trump se prepara para asumir con un mandato para el cambio, estas prioridades pueden exponer aún más la creciente brecha entre los funcionarios gubernamentales y los ciudadanos comunes.
Los empleados federales deben recordar su juramento de servicio. La resistencia a la voluntad del electorado estadounidense no es una insignia de honor; es una traición a los cimientos mismos de la democracia. Y bajo un presidente como Donald Trump, aquellos que opten por desafiar sus responsabilidades podrían pronto enfrentar las consecuencias.
Categoría | Porcentaje |
---|---|
Empleados federales que planean resistir | 42% |
Empleados federales que apoyan a Trump | 44% |
Republicanos que apoyan a Trump | 89% |
Demócratas que planean resistir | 73% |