Australia enfrenta una crisis energética autoinfligida que amenaza su economía, con precios de energía doméstica que se han triplicado en la última década. A pesar de ser un importante exportador de gas natural, los altos costos están llevando a los fabricantes australianos a considerar reubicarse en países como Estados Unidos, donde la energía es más barata y confiable. Las decisiones políticas deficientes, como la prohibición del fracking en Victoria, han exacerbado esta situación. Para proteger su base industrial, Australia debe priorizar el acceso a energía asequible y fiable, implementar un esquema nacional de reserva de gas y eliminar barreras regulatorias que desincentivan la inversión en nuevos campos de gas. La urgencia de estas medidas es crítica para asegurar el futuro económico del país.
En la última década, los precios de la energía en Australia se han triplicado, a pesar de que el país es un importante exportador de gas natural. Esta situación ha generado una crisis que está afectando gravemente al sector manufacturero, llevando a muchas empresas a considerar trasladar sus operaciones a naciones como Estados Unidos, donde los costos energéticos son más bajos y la oferta más confiable. La pérdida potencial de la base industrial del país es una preocupación creciente.
Las decisiones políticas inadecuadas, como la prohibición del fracking en Victoria y la falta de atención hacia la necesidad de energía asequible para el consumo interno, han agravado esta crisis. Además, las empresas de combustibles fósiles que controlan el mercado del gas y fijan los precios han contribuido al aumento desmesurado de los costos energéticos desde que comenzó la exportación de gas en 2015.
El impacto de estos altos precios se siente con mayor intensidad en el sector manufacturero australiano. Empresas reconocidas como Orica, líder global en explosivos y fertilizantes, han advertido sobre la posibilidad de mover sus inversiones al extranjero si no se reducen los costos energéticos. El director general de Orica, Sanjeev Gandhi, señala a Estados Unidos como un mercado más atractivo debido a sus políticas favorables a la manufactura y su energía económica.
“Estados Unidos es pro-manufactura; tienen energía barata y buenas reservas de gas. Es uno de los mercados más atractivos para invertir hoy”, afirmó Gandhi.
No obstante, para muchos fabricantes australianos, ya puede ser demasiado tarde. Incitec Pivot, productor de fertilizantes, cerró sus plantas en Australia en 2022 debido a los altos costos del gas, mientras que Qenos, fabricante de plásticos, entró en administración el año pasado por suministros de gas poco fiables y costos crecientes. Estas clausuras reflejan una tendencia más amplia que está erosionando la base industrial del país.
La raíz del problema radica en una combinación de decisiones políticas deficientes y una falta de priorización hacia una energía asequible para las industrias locales. La decisión del Gobierno de Victoria de prohibir permanentemente el fracking en 2021 es un claro ejemplo de cómo un entorno regulatorio hostil puede llevar a las empresas al borde del colapso. Qenos, que dependía del gas proveniente de la ahora cerrada refinería Altona, se encontró sin una fuente confiable de energía.
El gobierno federal también ha enfrentado críticas. Si bien un portavoz del Ministro de Energía Chris Bowen culpó al anterior gobierno por las carencias en el suministro de gas, las políticas actuales han hecho poco para aliviar esta crisis. Un esquema nacional de reserva de gas similar al que opera en Australia Occidental ha estado bajo evaluación desde 2020 pero aún no se ha implementado.
Bruce Robertson, consultor independiente en energía, sostiene que las compañías exportadoras de gas operando en Gladstone, Queensland son responsables en gran medida del problema actual. “Exxon, Woodside, Origin Energy, ConocoPhillips y Santos controlan el mercado y fijan el precio del gas”, señaló Robertson. “Desde que comenzó la exportación de gas en 2015, los precios se han disparado.”
La solución a esta crisis energética es clara: priorizar una energía asequible y confiable para las industrias nacionales. Esto implica aumentar el suministro tanto de gas como de carbón, recursos abundantes en Australia. Aunque las energías renovables desempeñan un papel importante, aún no pueden reemplazar completamente la energía base proporcionada por los combustibles fósiles.
Un esquema nacional de reserva de gas sería un paso positivo hacia asegurar que parte de las reservas australianas estén destinadas al uso interno. Sin embargo, este tipo de iniciativa debe implementarse rápidamente para evitar daños adicionales al sector manufacturero.
A largo plazo, Australia también debe abordar las barreras regulatorias que desalientan la inversión en nuevos campos gasíferos. Como indicó Gandhi: “Si comienzas a invertir hoy, toma entre tres y diez años poner nuevos recursos gaseosos en producción... [y] los fabricantes no sobrevivirán [tanto tiempo].”
La crisis energética australiana representa una herida autoinfligida que pone en riesgo el futuro económico del país. Es imperativo que el gobierno actúe con determinación para garantizar acceso a energía asequible para las industrias nacionales o arriesgarse a perder lo poco que queda del sector manufacturero. La elección es clara: priorizar la energía asequible o ver cómo más empresas cierran o se trasladan a países con políticas más favorables.
El momento para actuar es ahora; el bienestar económico futuro depende directamente de estas decisiones.
Cifra | Descripción |
---|---|
3x | Los precios de energía doméstica han triplicado en la última década. |
2022 | Incitec Pivot cerró sus plantas australianas debido a altos costos de gas. |
2023 | Qenos entró en administración citando suministros de gas poco fiables y costos crecientes. |
2015 | Inicio de las exportaciones de gas que llevaron al aumento de precios. |