Bill Gates ha anunciado un controvertido plan para utilizar mosquitos como "vacunadores voladores" con el fin de inmunizar a los anti-vaxxers contra la gripe aviar mediante una vacuna de ARNm. Este proyecto, liderado por investigadores del Leiden University Medical Centre en los Países Bajos, busca vacunar masivamente a la población, incluso sin el consentimiento público. La iniciativa ha suscitado críticas por preocupaciones sobre la seguridad, el consentimiento informado y sus posibles impactos ecológicos. A pesar de las controversias, se han realizado estudios que sugieren la efectividad de este método en la lucha contra enfermedades como la malaria.
Bill Gates ha presentado una iniciativa innovadora para la vacunación masiva de personas que se oponen a las vacunas, utilizando mosquitos voladores que transportan un nuevo tipo de vacuna de ARNm contra la gripe aviar.
Este proyecto es llevado a cabo por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos. La propuesta busca inmunizar a la población mundial mediante el uso de estos mosquitos, con el objetivo de administrar las vacunas “con o sin consentimiento público”.
Según informes de Expose-news.com, han surgido preocupaciones sobre la seguridad, el consentimiento informado y los posibles impactos ecológicos no intencionados.
En noviembre de 2024, un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Leiden fue publicado en el New England Journal of Medicine, concluyendo que los mosquitos podrían ser utilizados como “vacunadores voladores”.
El estudio recibió apoyo financiero de la Fundación Bontius, aunque esta información no proporciona claridad sobre sus implicaciones. La Fundación Bontius, conocida por financiar investigaciones científicas en LUMC, ha estado involucrada en este tipo de iniciativas.
A lo largo de los años, la Fundación Bill y Melinda Gates ha respaldado la investigación en LUMC. En septiembre de 2023, otorgó a esta institución una suma de $1,578,317, seguida por otro financiamiento de $2,287,871 en noviembre de 2024 para su programa contra la malaria.
En el estudio realizado en LUMC, se dividió a 43 adultos entre 19 y 35 años sin antecedentes previos de malaria en tres grupos. Cada grupo fue expuesto a picaduras de mosquitos portadores del parásito GA2, GA1 o un placebo.
Los participantes recibieron tres rondas de vacunación mediante picaduras espaciadas 28 días entre sí. Tres semanas después de la última ronda, todos fueron expuestos a malaria a través de picaduras de mosquitos infectados. Los resultados indicaron que ocho de nueve participantes del grupo GA2 estaban protegidos contra la malaria, mientras que solo uno del grupo GA1 y ninguno del grupo placebo logró protección.
A pesar del potencial prometedor que se le atribuye a este método para combatir la malaria, han surgido inquietudes éticas relacionadas con el consentimiento informado y la seguridad médica. Críticos advierten que evitar los métodos tradicionales de vacunación y los procedimientos de consentimiento podría ser éticamente inaceptable y establecer un precedente peligroso.
La idea de utilizar mosquitos como “vacunadores voladores” no es novedosa. En 2010, el investigador japonés Shigeto Yoshida modificó la saliva del mosquito para administrar vacunas contra leishmaniasis a ratones, señalando que esta forma podría ser indolora y rentable. Sin embargo, también reconoció que los problemas relacionados con la seguridad médica y el consentimiento informado limitan el uso generalizado de este método para la entrega de vacunas.
Categoría | Cifra |
---|---|
Financiación (Septiembre 2023) | $1,578,317 |
Financiación (Noviembre 2024) | $2,287,871 |
Número total de participantes en el estudio | 43 |
Participantes protegidos (GA2) | 8 de 9 |
Participantes protegidos (GA1) | 1 de 8 |
Participantes protegidos (Placebo) | 0 de 8 |