El presidente electo Donald Trump ha amenazado con retomar el control del Canal de Panamá debido a lo que considera tarifas de paso "exorbitantes" y la creciente influencia china en la región. Este canal, vital para el comercio y operaciones militares de EE. UU., fue transferido a Panamá en 1999 bajo los Tratados Torrijos-Carter. Trump critica esta decisión y advierte sobre las implicaciones de la influencia china y el tráfico de drogas, lo que podría afectar las relaciones entre EE. UU. y Panamá, así como el comercio global. El presidente panameño, José Raúl Mulino, defiende la soberanía de su país y asegura que las tarifas son justas y transparentes. La disputa tiene potenciales consecuencias económicas y estratégicas significativas.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado su preocupación por las tarifas de tránsito que considera «exorbitantes» en el Canal de Panamá, y ha amenazado con retomar el control de esta vía crucial. Este anuncio se produce en un contexto donde la influencia china y el tráfico de drogas generan tensiones diplomáticas significativas.
La historia del canal es relevante: fue transferido a Panamá en 1999 mediante los Tratados Torrijos-Carter, firmados por el entonces presidente Jimmy Carter. Desde su construcción en 1914 bajo liderazgo estadounidense, el canal ha sido un activo estratégico para Estados Unidos.
Trump ha expresado su descontento al afirmar que las tarifas impuestas por Panamá son inaceptables, especialmente considerando la generosidad histórica de Estados Unidos hacia el país centroamericano. “Nunca permitiré que esta arteria vital caiga en manos equivocadas, especialmente en manos de China”, declaró durante una reciente intervención.
El mandatario electo también ha señalado la creciente presencia de empresas chinas en instalaciones portuarias cercanas al canal como un motivo de alarma. Para él, un canal seguro es fundamental para el comercio estadounidense y para el despliegue rápido de la Marina desde el Atlántico hacia el Pacífico.