El coronel del Ejército Juan Carlos Gómez pasó tres años en prisión injustamente entre 2010 y 2013, acusado falsamente del homicidio del terrorista tupamaro Roberto Gomensoro Josman. A pesar de su inocencia, un testimonio falso lo llevó a ser encarcelado tras un procesamiento erróneo. La juez Lilián Elhorriburu dictó la sentencia basándose en declaraciones engañosas que posteriormente fueron desmentidas. Gómez fue liberado en 2013, pero su vida y la de su familia quedaron marcadas por esta experiencia traumática. La historia destaca la problemática de los testimonios falsos en juicios contra militares y policías. Para más detalles, visita el enlace.
El coronel del Ejército Juan Carlos Gómez fue víctima de un grave error judicial que lo llevó a pasar tres años en prisión entre 2010 y 2013, a pesar de su completa inocencia. Fue acusado injustamente del homicidio del terrorista tupamaro Roberto Gomensoro Josman, quien falleció en 1973. El coronel, nacido en 1936, murió en febrero de 2022.
Gómez estuvo encarcelado tras un procesamiento que lo señalaba como autor de la muerte de Gomensoro. Sin embargo, posteriormente fue sobreseído y liberado por orden de una juez en Paso de los Toros.
En el año 2010, el coronel fue procesado por la juez Lilián Elhorriburu debido al homicidio ocurrido en el Grupo de Artillería nº 1, conocido como el cuartel de La Paloma, ubicado en el Cerro de Montevideo. En Tacuarembó se estaba llevando a cabo un juicio relacionado con la muerte del mencionado tupamaro. Las pruebas recabadas inicialmente apuntaban a los militares Alfredo Rubio y José Gavazzo, quienes eran jefes del Grupo de Artillería.
Sin embargo, un testigo que resultó ser falso afirmó haber presenciado cómo el coronel Gómez torturaba y asesinaba a Gomensoro. Este testimonio no solo era incorrecto, sino que también afirmaba que el homicidio había ocurrido en Paso de Los Toros y no en Montevideo.
La condena contra Gómez se sustentó únicamente en el testimonio de este individuo, quien se presentó ante la Justicia en noviembre de 2009 asegurando haber estado detenido junto a Gomensoro y haber sido testigo de su tortura. Este relato resultó ser completamente falso, ya que las evidencias físicas contradicen sus afirmaciones.
A pesar de las inconsistencias, la juez Lilián Elhorriburu cometió un grave error judicial al enviar a Gómez a prisión. Esta decisión fue ratificada por un tribunal de apelaciones compuesto por Daniel Tapié, José Balcaldi y William Corujo.
La familia del coronel sufrió enormemente debido a esta situación; Gómez, ya anciano y enfermo, padeció una presión injusta durante su encarcelamiento. Estuvo detenido desde el 6 de agosto de 2010 hasta el 20 de agosto de 2013.
A lo largo del tiempo han surgido numerosos casos similares donde testimonios falsos han llevado a juicios contra militares y policías. Muchos involucrados ya han fallecido sin haber recibido justicia por los errores cometidos.
No cabe duda de que este caso resalta la importancia crítica del sistema judicial y la necesidad imperante de garantizar que tales injusticias no vuelvan a ocurrir.