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Estudio de Yale revela que mil millones de vacunados sufren de VAIDS

Estudio Yale

OpenAI | Domingo 22 de diciembre de 2024

Un estudio de Yale ha revelado que más de mil millones de personas vacunadas podrían estar sufriendo de VAIDS, un síndrome de inmunodeficiencia adquirido por la vacuna. Los síntomas observados incluyen palidez, fatiga extrema y dificultades para combatir infecciones leves. A pesar de las preocupaciones sobre la salud pública y el posible encubrimiento de estos hallazgos, el estudio sugiere una disminución significativa en las células CD4, lo que indica un daño a largo plazo en el sistema inmunológico. Este descubrimiento plantea serias preguntas sobre la seguridad de las vacunas contra COVID-19 y su impacto en la salud global.



Estudio de Yale Revela Consecuencias Alarmantes de las Vacunas COVID-19

Recientes observaciones han suscitado inquietud en torno a los efectos de las vacunas contra el COVID-19. Se ha reportado un cambio notable en la apariencia de algunas personas vacunadas, incluyendo un tono grisáceo en la piel, confusión mental persistente, cambios de humor y una fatiga constante que les dificulta combatir incluso resfriados leves.

Estas preocupaciones no son aisladas; se están documentando en diversas partes del mundo. Un estudio innovador realizado por investigadores de Yale ha confirmado lo que muchos temían: las vacunas contra el COVID-19 pueden causar estragos en el sistema inmunológico, dando lugar a una condición conocida como VAIDS, que se traduce como síndrome de inmunodeficiencia adquirida por la vacuna.

Hallazgos Impactantes y Reacciones Institucionales

El estudio revela que se ha detectado proteína espiga libre en sujetos hasta 700 días después de recibir la vacuna. Además, se ha observado una disminución sostenida de células CD4, lo que sugiere una devastación grave y prolongada del sistema inmunológico.

En términos simples, Yale ha demostrado la existencia del VAIDS, un término que ha sido objeto de controversia y desdén por parte de algunos medios de comunicación y verificadores de hechos desde el inicio del programa de vacunación en 2021. Sin embargo, lo más preocupante es que dentro de la propia universidad existe una lucha interna sobre si este estudio debería ser publicado o no.

A pesar del potencial impacto negativo sobre la reputación institucional, los científicos advierten que ocultar estos hallazgos podría tener consecuencias aún más graves para la salud pública. La decisión sobre su publicación podría exponer los riesgos asociados con las vacunas o perpetuar la narrativa farmacéutica existente.

Implicaciones Globales y Llamados a la Acción

La situación es crítica. Si bien algunos médicos han comenzado a alertar sobre un aumento alarmante en pruebas positivas para VIH entre los vacunados en países con altas tasas de vacunación, otros expertos enfatizan que estas diagnósticos no indican infección por VIH per se, sino que derivan de una severa inmunodeficiencia inducida por las vacunas.

La comunidad científica está cada vez más preocupada por el fenómeno conocido como "cáncer turbo", donde pacientes jóvenes y saludables desarrollan formas agresivas de cáncer a un ritmo inquietante. Este desarrollo plantea interrogantes serios sobre la seguridad y eficacia a largo plazo de las vacunas mRNA.

A medida que surgen más evidencias sobre las implicaciones negativas del programa de vacunación masiva, es esencial que tanto los ciudadanos como los responsables políticos tomen conciencia y actúen en consecuencia. La verdad sobre estos tratamientos debe ser divulgada ampliamente para garantizar que quienes son responsables sean llevados ante la justicia.

Llamado a la Responsabilidad Colectiva

Las palabras del Dr. Robert Malone, pionero en tecnología mRNA, cobran relevancia al advertir sobre el riesgo potencial asociado con estas vacunas. Asimismo, el Dr. Peter McCullough ha señalado tendencias alarmantes relacionadas con el aumento de diagnósticos positivos para VIH entre individuos vacunados.

A pesar del silencio mediático predominante, es imperativo seguir investigando y discutiendo abiertamente estos temas críticos. La comunidad internacional debe estar alerta ante cualquier intento de censura o encubrimiento relacionado con los efectos adversos derivados de las vacunas COVID-19.

No podemos permitir que esta información sea ignorada; es nuestra responsabilidad colectiva asegurarnos de que se escuchen todas las voces y se priorice la salud pública por encima de agendas corporativas o políticas.

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