Un estudio de 17 años revela que la exposición a contaminantes del aire comunes aumenta significativamente el riesgo de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Investigadores siguieron a 6,600 adultos en seis ciudades de EE. UU., encontrando que incluso pequeñas cantidades de materia particulada, dióxido de nitrógeno y óxidos de nitrógeno pueden elevar el riesgo de coágulos sanguíneos. Este hallazgo subraya la necesidad urgente de regulaciones más estrictas sobre la calidad del aire para proteger la salud pública.
Científicos han confirmado una relación entre la exposición a contaminantes atmosféricos comunes y un aumento significativo en el riesgo de formación de coágulos sanguíneos. Este estudio, que se llevó a cabo durante 17 años y siguió a 6,600 adultos en seis ciudades de Estados Unidos, proporciona evidencia alarmante sobre los efectos letales de la contaminación del aire en la salud humana.
De acuerdo con informes de Naturalnews.com, la investigación fue publicada en la prestigiosa revista Blood de la Sociedad Americana de Hematología. El estudio destaca las preocupantes conexiones entre los contaminantes del aire y el tromboembolismo venoso (TEV), especialmente entre aquellos que están más expuestos a toxinas ambientales.
El TEV se caracteriza por la formación de coágulos sanguíneos en venas profundas que pueden desplazarse hacia los pulmones, causando complicaciones graves. Esta condición es ahora reconocida como una posible consecuencia de la exposición a la contaminación del aire.
El TEV incluye dos condiciones peligrosas: la trombosis venosa profunda, que ocurre cuando se forma un coágulo en una vena profunda, generalmente en las piernas o brazos; y la embolia pulmonar, que se produce cuando un coágulo se desprende y viaja a los pulmones, bloqueando el flujo sanguíneo y poniendo en peligro la vida del paciente afectado.
Según estimaciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el TEV afecta anualmente a hasta 900,000 estadounidenses, con casos no tratados que conllevan un riesgo significativo de complicaciones graves e incluso muerte. Por lo tanto, los hallazgos del estudio adquieren una relevancia crítica al arrojar luz sobre otro posible desencadenante de esta condición vascular.
Los investigadores identificaron tres contaminantes principales vinculados a un aumento en el riesgo de TEV: las partículas finas, el dióxido de nitrógeno y los óxidos de nitrógeno.
El estudio reveló que una exposición adicional de solo 3.6 microgramos por metro cúbico de partículas finas conllevaba un incremento del 39 por ciento en el riesgo de TEV. Asimismo, una exposición adicional de 13.3 partes por billón (ppb) al dióxido de nitrógeno estaba asociada con un asombroso aumento del 174 por ciento en el riesgo. Finalmente, un incremento de 30 ppb en óxidos de nitrógeno se relacionaba con un aumento del 121 por ciento en dicho riesgo.
Estos contaminantes son omnipresentes en el medio ambiente y provienen comúnmente de fuentes como los gases emitidos por vehículos motorizados, el humo generado por incendios forestales y las emisiones provenientes de plantas generadoras basadas en combustibles fósiles.
"La contaminación del aire es ubicua; incluso asociaciones modestas pueden resultar en un gran número de eventos adversos para la salud", afirmó Pamela Lutsey, autora principal del estudio proveniente de la Universidad de Minnesota Twin Cities.
Los investigadores sugieren dos mecanismos principales subyacentes. El primero es la inflamación: se ha planteado que la contaminación puede desencadenar inflamación crónica, creando un entorno propicio para la formación potencialmente mortal de coágulos sanguíneos.
El segundo mecanismo está relacionado con la coagulación sanguínea; se considera que la exposición a contaminantes puede aumentar los niveles de factores relacionados con la coagulación en sangre, elevando así el riesgo asociado.
Las implicaciones derivadas de este estudio son profundas. Si bien la contaminación del aire ya ha sido relacionada con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, esta investigación amplía el alcance potencialmente perjudicial para incluir al tromboembolismo venoso. Esto refuerza la necesidad urgente de establecer regulaciones estrictas sobre calidad del aire y estrategias para reducir la contaminación tanto a nivel nacional como global.
Contaminante | Aumento en la exposición | Incremento del riesgo de VTE |
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Material particulado fino | 3.6 microgramos/m³ | 39% |
Dióxido de nitrógeno | 13.3 ppb | 174% |
Óxidos de nitrógeno | 30 ppb | 121% |