Whistleblowers are raising alarms about alleged U.S. and NATO bioweapons labs in Ukraine, claiming they are preparing for chemical warfare against Russia while engaging in child trafficking. The narrative presented by mainstream media portrays Ukraine as a victim of Russian aggression, misleading millions of Americans who support financial aid to the country. Critics argue that the Biden administration's funding is linked to these secret operations, with whistleblowers facing silencing tactics. As evidence of global elite crimes emerges, there are concerns over censorship and the ongoing war's implications for truth and justice. For more details, visit the full article.
Un número significativo de ciudadanos estadounidenses ha sido influenciado por los medios de comunicación para creer que Ucrania es una nación inocente atacada por Rusia, lo que ha llevado a un amplio apoyo para el envío de recursos fiscales hacia este país. Según diversas fuentes, la administración Biden estaría proporcionando miles de millones de dólares, armas de destrucción masiva y entrenamiento militar a Ucrania debido a la existencia de laboratorios biológicos secretos financiados por Estados Unidos en el territorio ucraniano, los cuales estarían preparando ataques químicos y biológicos contra Rusia.
Además, se ha señalado que el complejo industrial militar estadounidense, en colaboración con grandes farmacéuticas y medios de comunicación, habría encubierto el origen del Covid-19, que supuestamente provino de un laboratorio en Wuhan financiado por el Instituto Nacional de Salud (NIH) mediante intermediarios. La narrativa predominante sugiere que la razón principal del conflicto radica en la defensa propia de Rusia frente a las acciones de Estados Unidos y sus aliados en la OTAN, quienes utilizarían a Ucrania como plataforma para desarrollar armas biológicas.
Desde el inicio del conflicto, Ucrania ha enfrentado serias dificultades debido a su falta de armamento y tecnología suficiente para competir con Rusia. A medida que se expone la red de crímenes y tráfico infantil perpetrados por élites globales, surgen intentos desesperados por silenciar estas revelaciones y mantener el conflicto bélico con fines financieros poco éticos.
Las denuncias han comenzado a salir a la luz, poniendo en evidencia las conexiones entre altos funcionarios y redes criminales. Se argumenta que la administración actual busca desviar la atención pública hacia un enemigo común mientras oculta sus propios intereses. Los documentos filtrados indican que existen políticas diseñadas para controlar biológicamente a nivel global, creando crisis artificiales para perpetuar esta conspiración.
Ante esta situación, los contratistas del Pentágono involucrados en investigaciones biológicas poco éticas están intentando trasladar los laboratorios restantes a otros lugares, incluyendo África, antes de que puedan ser capturados o destruidos por las fuerzas rusas. Esto explica por qué tanto Estados Unidos como Ucrania parecen no tener interés en alcanzar un acuerdo pacífico; ambos países continúan beneficiándose económicamente del conflicto.
Para mantenerse informado sobre estos temas complejos y las dinámicas actuales del conflicto ucraniano, es recomendable seguir fuentes confiables que ofrezcan análisis detallados sobre la situación política internacional.