Un informe de seguridad confidencial de Pfizer, revelado a través de una solicitud FOIA, ha expuesto datos preocupantes sobre condiciones cardíacas y otros eventos adversos severos entre individuos vacunados. A pesar de la significancia estadística de los hallazgos, los medios de comunicación han mantenido silencio, dejando al público desinformado sobre los riesgos asociados con la vacuna. El estudio, que analizó más de 12 millones de personas vacunadas en comparación con un grupo control no vacunado, mostró aumentos alarmantes en condiciones como enfermedad arterial coronaria y lesiones cardiovasculares agudas. Estos resultados sugieren que los efectos adversos no son temporales y empeoran con el tiempo, planteando serias implicaciones para la salud pública y la seguridad. Es crucial que se reconozcan estos hallazgos y se tomen medidas para proteger a la población.
Un informe confidencial de seguridad de Pfizer, previamente oculto al público y ahora revelado a través de una solicitud de acceso a la información, ha desvelado datos preocupantes sobre condiciones cardíacas y otros eventos adversos severos entre individuos vacunados.
A pesar de que los hallazgos son tanto estadísticamente significativos como profundamente inquietantes, los medios de comunicación convencionales han optado por el silencio, dejando a la población sin conocimiento de los riesgos que los propios datos de seguridad de Pfizer exponen.
La información proviene del Informe Interino 5 del Estudio de Seguridad Post-Autorización (PASS) fechado el 12 de marzo de 2024, formalmente titulado “Estudio de Vigilancia Activa Post Aprobación Condicional”.
Los reguladores nacionales exigen rutinariamente a los fabricantes farmacéuticos realizar estudios PASS como condición para la autorización de la mayoría de los nuevos medicamentos. Este estudio, llevado a cabo bajo la supervisión de reguladores europeos, analizó resultados de salud en más de 12 millones de individuos vacunados en comparación con 12 millones de controles no vacunados. Se examinaron específicamente 37 eventos adversos de interés especial (AESIs), que abarcan desde condiciones cardiovasculares hasta trastornos autoinmunes.
Aunque se reconoce generalmente que la población no vacunada en el estudio tenía una salud general más deficiente—evidenciada por tasas más altas de mortalidad por todas las causas—la población vacunada mostró aumentos alarmantes e innegables en condiciones específicas directamente vinculadas a la vacuna.
A continuación se presentan algunos gráficos sobre la incidencia acumulativa relacionada con problemas cardíacos extraídos del ‘Informe Interino 5’ completo de Pfizer. Es evidente que la incidencia para cada tipo de condición es significativamente mayor entre los vacunados contra COVID-19.
Quizás lo más alarmante es la tendencia revelada por los gráficos de incidencia acumulativa del estudio. Para múltiples condiciones, como la enfermedad arterial coronaria y lesiones cardiovasculares agudas, la disparidad entre individuos vacunados y no vacunados aumenta con el tiempo. Esto sugiere que los efectos adversos no son temporales, sino que empeoran a medida que pasa el tiempo.
Los hallazgos no solo afectan a quienes han sido vacunados; también plantean serias implicaciones para industrias donde la condición física es crítica, como la aviación. Imagínese el riesgo catastrófico que representaría la incapacidad súbita de un piloto durante un vuelo debido a condiciones cardíacas no detectadas.
No se trata únicamente de una crisis sanitaria; es una emergencia de seguridad pública que se desarrolla ante nuestros ojos. El silencio por parte de reguladores y medios ante el estudio PASS de Pfizer es profundamente preocupante. A pesar de las evidencias claras sobre el aumento del riesgo cardíaco entre individuos vacunados, las autoridades han fracasado en actuar, priorizando las ganancias corporativas sobre la salud pública.
Esto trasciende la negligencia; representa una crisis continua que exige atención inmediata. Los datos muestran tendencias cada vez más preocupantes con el tiempo, haciendo esencial la transparencia y rendición de cuentas. Los gobiernos y agencias sanitarias deben reconocer estos hallazgos y tomar medidas decisivas para proteger la seguridad pública.
El momento del silencio ha terminado. Es hora de entablar una conversación honesta y abierta sobre los riesgos involucrados y comprometerse a priorizar la salud pública.
Condición | Aumento (%) |
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Acute cardiovascular injury | 23% |
Arrhythmia | 27% |
Heart failure | 2% |
Stress cardiomyopathy | 30% |
Coronary artery disease | 40% |