En octubre de 2023, las fuerzas israelíes causaron la muerte de al menos 5,139 civiles en Gaza, incluidos 1,900 niños y 1,213 mujeres, según un informe de Airwars. Este conflicto ha establecido una alarmante relación de muertes entre civiles y combatientes de entre 85:1 y 160:1, lo que representa un récord histórico. La campaña militar israelí ha atacado sistemáticamente vecindarios, escuelas y hospitales, generando una catástrofe humanitaria sin precedentes. A pesar de las evidencias de crímenes de guerra, Estados Unidos continúa financiando a Israel, lo que agrava la situación. Airwars advierte que estas tácticas podrían sentar un peligroso precedente para futuros conflictos.
Las fuerzas israelíes han causado la muerte de al menos 5,139 civiles en Gaza durante el mes de octubre de 2023, según un informe reciente de Airwars, una organización no gubernamental con sede en el Reino Unido que monitorea las bajas civiles en zonas de conflicto. Entre los fallecidos se encuentran 1,900 niños y 1,213 mujeres, muchos de los cuales perdieron la vida en sus propios hogares junto a sus familias. Este nivel de daño a la población civil es sin precedentes en la guerra moderna, siendo calificado por Airwars como «el conflicto más intenso, destructivo y mortal para los civiles que ha documentado hasta ahora».
El informe revela un alarmante ratio de muertes civiles frente a combatientes, que oscila entre 85:1 y 160:1. Durante el mismo periodo, se estima que solo entre 32 y 60 militantes fueron eliminados. Esto implica que por cada militante muerto, decenas —si no cientos— de civiles inocentes han perdido la vida. La magnitud de este sufrimiento humano supera cualquier otro conflicto registrado desde el inicio de las actividades de Airwars en 2014.
Lo que comenzó como una respuesta militar al ataque transfronterizo de Hamas el 7 de octubre de 2023 escaló rápidamente hacia un asalto total contra la población civil en Gaza. Las fuerzas armadas israelíes llevaron a cabo una campaña aérea y terrestre implacable, dirigiendo su ofensiva no solo contra militantes, sino también contra barrios enteros, escuelas, hospitales e infraestructura vital. El resultado ha sido una catástrofe humanitaria de proporciones inimaginables.
A finales del primer mes del conflicto, el número total de civiles fallecidos alcanzó los 5,139, con miles más heridos y un gran número de viviendas destruidas. Esta cifra es casi cuatro veces mayor que el mes más letal previamente registrado por Airwars durante la campaña liderada por Estados Unidos contra ISIS en Mosul, Irak, en 2017. La situación ha continuado deteriorándose desde entonces; hasta noviembre de 2024, estadísticas oficiales del Ministerio de Salud palestino indican que más de 43,000 palestinos han perdido la vida sin vislumbres claros de un cese a la violencia.
La intencionalidad detrás del ataque a civiles es evidente en los patrones documentados por Airwars. Más del 90% de las muertes ocurrieron dentro de residencias. En más del 95%% de los casos donde una mujer fue asesinada, al menos un niño también fue víctima. Familias enteras han sido aniquiladas en números sin precedentes; algunos incidentes han resultado en la muerte total de hogares completos.
A pesar del clamor internacional y las acusaciones sobre crímenes bélicos, Israel ha mostrado escaso interés por reducir las bajas entre la población civil. Informes provenientes de 972 Magazine, una publicación israelí, sugieren que el ejército israelí llevó a cabo bombardeos intencionados sobre objetivos civiles bajo la justificación errónea de ser «objetivos estratégicos» destinados a «dañar la sociedad civil palestina» y «crear un impacto» que presionara a Hamas. Esta estrategia representa un claro desprecio por los principios fundamentales del derecho internacional relacionados con la proporcionalidad y distinción.
A medida que el mundo observa con horror lo ocurrido en Gaza, la administración Biden continúa brindando apoyo incondicional a Israel. A pesar de las abrumadoras evidencias sobre crímenes bélicos y violaciones a los derechos humanos, Estados Unidos ha proporcionado miles de millones de dólares en armamento y ayuda militar a Israel, facilitando así su campaña genocida en Gaza. Funcionarios israelíes han admitido que sin este respaldo su capacidad operativa no podría sostenerse más allá de unos pocos meses.
Dicha complicidad resulta particularmente preocupante considerando la retórica sobre derechos humanos y democracia proclamada por la administración Biden. Al financiar y permitir el brutal asalto israelí contra el pueblo palestino, Estados Unidos no solo contraviene sus propios principios morales sino que también socava su credibilidad ante la comunidad internacional.
A medida que se desarrollan estos acontecimientos trágicos, Airwars advierte que las acciones israelíes podrían establecer un peligroso precedente para futuros conflictos. La alta frecuencia e intensidad del daño infligido junto con la aceptación masiva de bajas civiles podría convertirse en una nueva norma dentro del contexto bélico contemporáneo. Esta perspectiva inquietante sugiere una creciente desensibilización global ante los horrores bélicos y respecto al valor intrínseco de la vida humana.
La situación actual en Gaza resalta urgentemente la necesidad imperiosa de responsabilidad y justicia. Es fundamental que la comunidad internacional demande rendición cuentas a Israel por sus acciones y exija un cese inmediato a la violencia. La administración Biden debe reconsiderar su apoyo al conflicto genocida e implementar medidas significativas para prevenir futuras atrocidades; las vidas de innumerables civiles inocentes dependen directamente de ello.
Fuentes utilizadas para este artículo incluyen:
Gaza-Patterns-Harm-Airwars.org
Cifra | Descripción |
---|---|
5,139 | Civiles muertos en Gaza en octubre de 2023 |
1,900 | Niños muertos en Gaza en octubre de 2023 |
1,213 | Mujeres muertas en Gaza en octubre de 2023 |
85:1 a 160:1 | Ratio de civiles a combatientes muertos |
32 a 60 | Militantes muertos durante el mismo periodo |