Gissela Garzón, asambleísta de Revolución Ciudadana, reconoce la politización de las instituciones en Ecuador y las diferencias internas dentro de su movimiento. En una entrevista, abordó las posturas contradictorias de los líderes de RC respecto a la Corte Constitucional, donde Rafael Correa la descalificó y Viviana Veloz expresó confianza en su labor. Garzón admitió que existen debates cerrados y que, aunque las instituciones están politizadas por naturaleza, no siempre son partidistas. Estas declaraciones contrastan con el discurso habitual del movimiento, que critica la politización cuando afecta sus intereses. Para más información, visita el enlace.
En una reciente entrevista, la asambleísta Gisela Garzón, reconocida figura del movimiento Revolución Ciudadana (RC), abordó la postura de su agrupación respecto a la Corte Constitucional, en medio de declaraciones contradictorias emitidas por sus líderes.
Mientras el ex presidente Rafael Correa calificó a la Corte como una “cloaca”, la presidenta de la Asamblea Nacional, Viviana Veloz, expresó su confianza en la institucionalidad de dicha entidad.
Frente a esta aparente contradicción, Garzón afirmó que “independientemente tienen posturas políticas” y admitió que existen “debates cerrados” sobre estos temas dentro del movimiento. La legisladora subrayó que las instituciones del Estado están “politizadas” por naturaleza, aunque aclaró que no necesariamente son partidistas.
No obstante, Garzón reconoció que dentro de RC “siempre hemos pensado diferente” y que las decisiones se toman “de manera orgánica”. Estas afirmaciones contrastan con el discurso habitual del movimiento, que frecuentemente denuncia la politización en las instituciones del Estado cuando estas actúan en contra de sus intereses.
A pesar de que la bancada intenta proyectar una imagen unificada, enfrenta tensiones internas significativas. La afirmación de Garzón sobre que “todas las instituciones del Estado están politizadas” podría interpretarse como una justificación para la instrumentalización política observada en administraciones anteriores, especialmente durante el mandato de Rafael Correa. Durante ese periodo, se cuestionó abiertamente la independencia de los poderes y el uso de las instituciones para fines partidistas.