La Audiencia de Zaragoza ha confirmado la sentencia que condenó a una ex empleada de Tecnocasa a una multa de tres meses, con una cuota diaria de ocho euros, por un delito leve de amenazas. La mujer fue absuelta del delito de coacciones. La decisión del tribunal se basa en la aceptación de los hechos probados y la fundamentación jurídica presentada en la sentencia original. Asimismo, se desestimaron los argumentos de los apelantes sobre la valoración de las pruebas y la calidad de los testigos. Esta sentencia es firme y no admite recurso.
La sección sexta de la Audiencia de Zaragoza ha ratificado la condena impuesta por el juzgado de Instrucción nº11, que sancionó a una mujer, ex empleada de TECNOCASA, con una multa de tres meses a razón de ocho euros diarios. Esta pena se debe a un delito leve de amenazas, aunque la Audiencia ha decidido absolverla del delito de coacciones. Asimismo, la sentencia también absuelve a otro individuo que enfrentaba cargos similares.
En su fallo, los magistrados han validado tanto los hechos probados como la fundamentación jurídica presentada en la sentencia original. La Audiencia desestimó las apelaciones formuladas por los recurrentes, sosteniendo que no hubo error en la valoración de las pruebas presentadas durante el juicio. Además, el tribunal consideró que los testigos aportaron testimonios directos sobre los hechos ocurridos, refutando así las alegaciones sobre su estatus como “testigos de referencia”.
La Audiencia también desechó las afirmaciones del apelante respecto a que se habían juzgado hechos que no estaban incluidos en las denuncias iniciales. Con esta decisión, queda claro que la sentencia es firme y no admite recurso alguno.
Este caso pone de relieve la importancia del proceso judicial en la resolución de conflictos y cómo las instancias superiores revisan y confirman las decisiones tomadas por los juzgados inferiores.
La Audiencia de Zaragoza ha confirmado la sentencia del juzgado de Instrucción nº11 que condenó a una ex empleada de Tecnocasa por un delito leve de amenazas, imponiéndole una multa de tres meses con cuota diaria de ocho euros.
La empleada fue absuelta del delito de coacciones.
El otro hombre también fue absuelto de un delito leve de amenazas y otro delito leve de coacciones que se le imputaban.
Los magistrados consideraron que no hubo error en la valoración de la prueba y afirmaron que los testigos declararon sobre hechos que conocían directamente, rechazando la idea de que fueran "testigos de referencia".
No cabe recurso contra la sentencia dictada por la Audiencia.