Bill Clinton ha declarado que la cobertura del "mainstream media" sobre el escándalo de los correos electrónicos de Hillary Clinton fue un factor clave en su derrota frente a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016. En una reciente entrevista con MSNBC, Clinton expresó su frustración por cómo se trató este tema, que eclipsó otras cuestiones importantes durante la campaña. A pesar de las acusaciones de interferencia rusa, el ex presidente enfatizó que no hubo pruebas concretas que respaldaran tales afirmaciones. Además, destacó que la narrativa mediática desvió la atención de los votantes y afectó negativamente la percepción pública de su esposa.
El ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ha señalado a los medios de comunicación tradicionales como responsables de la derrota de su esposa, Hillary Clinton, en las elecciones presidenciales de 2016 frente a Donald Trump.
Desde hace años, miembros del Partido Demócrata han acusado a Rusia de haber influido en la victoria de Trump sobre Clinton, aunque nunca se ha presentado evidencia que respalde estas afirmaciones. En una reciente entrevista con MSNBC, el ex mandatario abordó este tema mientras promocionaba su libro ‘Citizen: My Life After The White House’, expresando la “ira” que sintió tras la derrota electoral, a pesar de que las encuestas auguraban una victoria para su esposa.
Clinton dirigió sus críticas hacia los medios por centrarse en el uso controvertido que hizo Hillary de un servidor de correo electrónico privado para asuntos oficiales durante su gestión como secretaria de Estado entre 2009 y 2013. Según él, esta atención desmedida contribuyó a distorsionar la percepción pública sobre su campaña.
En su libro, el ex presidente describe las elecciones de 2016 como la “elección más oscura posible en Estados Unidos”, argumentando que los medios exageraron el escándalo relacionado con los correos electrónicos. “Es más fácil comprender lo ocurrido en 2016 que prever lo que sucederá en 2024”, comentó Clinton durante la entrevista con Joe Scarborough.
Clinton enfatizó que los medios repetidamente informaron al público estadounidense que el principal problema era el asunto de los correos electrónicos de Hillary. Esta narrativa dominó las noticias en las etapas finales de la campaña, ensombreciendo así la imagen de la candidata demócrata. En ese contexto, agencias de inteligencia estadounidenses afirmaron que Rusia había hackeado correos electrónicos de altos funcionarios demócratas como parte de una operación destinada a perjudicar la campaña de Clinton y favorecer a Trump.
A pesar de estas acusaciones, Clinton subrayó que incluso el Departamento de Estado bajo Trump confirmó que su esposa no envió ni recibió ningún correo clasificado desde su dispositivo personal. Afirmó que ella cumplió con las normas vigentes en ese momento y destacó que estas fueron modificadas después de su salida del cargo.
A lo largo del tiempo, muchos demócratas han atribuido la derrota de Clinton a una supuesta interferencia rusa, lo cual ha generado un sinfín de especulaciones sobre posibles colusiones entre el candidato republicano y el Kremlin. Estas acusaciones se basan en un ‘dossier’ elaborado por un espía británico y sugieren conexiones entre Trump y Moscú.
Además, se insinuó que la publicación por parte de WikiLeaks de documentos internos del Comité Nacional Demócrata y correos personales del gerente de campaña de Clinton estaba relacionada con Rusia. La idea era que 'bots' y 'trolls' rusos habían divulgado información errónea en redes sociales para socavar el proceso electoral.
Por último, es importante señalar que el FBI investigó a Clinton por el uso del servidor privado durante su mandato como secretaria de Estado. Aunque concluyó que ella y su equipo habían sido “extremadamente descuidados”, no encontró evidencia alguna de intrusión extranjera.