Un destacado nutricionista ha revelado que el gluten no es el verdadero responsable del aumento de la enfermedad celíaca, sino el glifosato, un residuo tóxico de herbicidas como Roundup. Este químico, ampliamente utilizado en cultivos como trigo y maíz, se ha relacionado con problemas de salud graves, incluyendo daños neurológicos y trastornos endocrinos. Según la nutricionista Courtney Swan, el glifosato se encuentra en la leche materna, placentas y otros órganos humanos, lo que plantea serias preocupaciones sobre su impacto en la salud pública. La creciente presencia de este herbicida en alimentos procesados podría estar contribuyendo a una crisis de salud nacional. Para más detalles, visita el enlace.
El gluten ha sido señalado como el responsable de numerosos problemas de salud, incluyendo el alarmante aumento de la enfermedad celíaca. Sin embargo, según una destacada nutricionista, el verdadero culpable no es el gluten en sí.
La responsabilidad recae sobre el glifosato, un residuo tóxico dejado por el herbicida Roundup, que se aplica ampliamente en cultivos como trigo, maíz y soja. Este compuesto está siendo implicado como un factor clave en una serie de problemas de salud devastadores.
“A diferencia de los cultivos modificados genéticamente, los humanos no estamos ‘preparados para Roundup’”, explica Courtney Swan, nutricionista con una Maestría en Ciencias y presentadora del podcast Realfoodology. “No somos resistentes a estas toxinas y están causando daños neurológicos, alteraciones endocrinas, afectando nuestra salud reproductiva y perjudicando el desarrollo fetal.”
“El glifosato está clasificado como un carcinógeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud. También se sospecha que contribuye al aumento de la enfermedad celíaca y las sensibilidades al gluten.”
“Se han encontrado residuos de glifosato en la leche materna humana, placentas, órganos e incluso en esperma. También se detecta en nuestro cerebro y agua potable.”
De acuerdo con la investigadora Shanna Swan, el 77% de los jóvenes estadounidenses son considerados inelegibles para el servicio militar debido a tasas crecientes de obesidad, enfermedades crónicas y condiciones vinculadas al consumo generalizado de alimentos ultraprocesados.
Estos alimentos, a menudo contaminados con residuos de glifosato por el uso extensivo de pesticidas, están causando estragos en la salud pública.
Las implicaciones van más allá del bienestar personal; esta crisis sanitaria representa una grave amenaza para la seguridad nacional al socavar la capacidad del ejército para reclutar y mantener una fuerza competente. Esto resalta la urgente necesidad de reformas sistémicas en la producción alimentaria y las políticas de salud pública.
Además, como señala Swan, la notable diferencia de precio entre los alimentos orgánicos y los convencionales plantea una pregunta inquietante: ¿por qué los estadounidenses deben pagar un precio elevado por alimentos que no han sido contaminados?
Los productos que evitan el uso de pesticidas sintéticos y herbicidas como el glifosato deberían ser la norma, no un lujo reservado para quienes pueden permitírselo.