La debacle electoral de Ciudadanos ha llevado a Albert Rivera a poner fin este lunes a trece años de indiscutible liderazgo de su formación hasta convertirlo en la tercera fuerza política de España hace apenas siete meses.
Ciudadanos ha perdido más de 2,5 millones de votos y ha caído 47 escaños -de los 57 de abril a los 10 actuales-, quedando en sexta posición por debajo de Unidas Podemos, Vox y ERC.
La Asamblea General marcará el nuevo rumbo del partido aunque la opción mayoritaria es que Inés Arrimadas acabe sustituyendo a Rivera. Sin embargo, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, no descarta presentarse a las primarias.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, no ha querido desvelar a la Ejecutiva Federal de su partido la estrategia de pactos que llevará a cabo para intentar ser investido presidente. Por el momento, habría descartado una gran coalición con el PP y ha prometido que "habrá Gobierno antes de Navidad".
El socialista también habría excluido de sus inminentes negociaciones a Vox y, aunque ha confesado que no quiere formar un Gobierno que dependa de los independentistas, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, ha echado balones fuera durante la posterior rueda de prensa, dejando la puerta abierta al "diálogo".
Por otra parte, Sánchez ha asegurado que no habrá repetición electoral aunque Unidas Podemos ya ha anunciado que volverán a insistir en la vía de la 'coalición', mientras que partidos como el PNV se muestran escépticos y ERC, en concreto Gabriel Rufián, habría descartado en un primer momento apoyar la investidura de Sánchez, por lo que las negociaciones se prevén del todo complicadas.
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha dicho este lunes que "entendería" una abstención de PP y Ciudadanos que permitiera gobernar a Sánchez, pero ha descartado cualquier gesto en este sentido de su partido: "La gobernabilidad no es responsabilidad de Vox, los españoles nos han votado para que hagamos oposición. Votaremos en contra de cualquier gobierno liderado e integrado por el PSOE".
Abascal mantiene la misma línea que ha seguido durante toda la campaña electoral debido a la "incapacidad" de los socialistas para defender el orden constitucional en Cataluña, "su puesta en tela de juicio" de la división de poderes o el intento de "rescatar viejos odios entre españoles".
A su juicio, que los 'populares' rechacen abstenerse para no dejar a Vox el liderazgo de la oposición es "una reflexión poco patriótica". "Es lógico que PSOE, PP y Ciudadanos se puedan poner de acuerdo" ha insistido, "nos preocupa la gobernabilidad pero en ningún caso se puede pedir a Vox que contribuya a ella".
Por otro lado, dirigentes del PP consideran que el ascenso fulgurante de Vox les crea "un problema" en el Congreso porque el partido de Abascal "buscará poner en aprietos a Pablo Casado, marcar la iniciativa y forzar al PP a retratarse en cada iniciativa".
Pese a esto, la ejecutiva nacional de los 'populares' considera que el camino que les ha marcado el electorado se encuentra en la moderación, algo que les ha permitido seguir creciendo, sin "escorarse a la derecha" como ocurrió en las generales del 28 de abril.
"No hay que hacer caso a Vox ni obsesionarse con este partido porque si entramos en el juego de quién tiene la bandera más larga, nos gana siempre Vox", advierte uno de los altos cargos del partido. "Tenemos que olvidarnos de Vox y hacer lo que haría el PP, como si ese partido no existiese", concluye.