La economía de la inteligencia artificial (IA) sigue siendo incierta a pesar de las grandes inversiones en el sector. El economista Daron Acemoglu, del MIT y ganador del Premio Nobel, investiga cómo la IA impacta en la productividad y el crecimiento económico. Aunque algunas proyecciones sugieren que la IA podría duplicar el crecimiento, Acemoglu estima un aumento modesto del PIB entre 1.1% y 1.6% en la próxima década. La investigación también indica que un 20% de las tareas laborales en EE.UU. podrían verse afectadas por la IA. Acemoglu advierte sobre el enfoque actual de la industria en reemplazar trabajadores en lugar de complementar su trabajo, lo que podría limitar los beneficios económicos de esta tecnología. Para más información, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/what-do-we-know-about-the-economics-of-ai/.
A pesar de los numerosos debates sobre cómo la inteligencia artificial (IA) podría transformar el mundo, sus efectos económicos aún son inciertos. Existe una inversión masiva en IA, pero se carece de claridad sobre los resultados que esta tecnología generará.
El análisis de la IA ha cobrado relevancia en el trabajo del economista galardonado con el Premio Nobel, Daron Acemoglu. Como profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Acemoglu ha dedicado su carrera a estudiar el impacto de la tecnología en la sociedad, abarcando desde la adopción a gran escala de innovaciones hasta estudios empíricos sobre cómo los robots afectan el empleo.
En octubre, Acemoglu recibió el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2024, junto a sus colaboradores Simon Johnson y James Robinson. Este reconocimiento fue otorgado por su investigación sobre la relación entre las instituciones políticas y el crecimiento económico. Su trabajo demuestra que las democracias con derechos robustos sostienen un mejor crecimiento a lo largo del tiempo en comparación con otros sistemas gubernamentales.
Dado que gran parte del crecimiento proviene de la innovación tecnológica, Acemoglu muestra un interés particular por cómo las sociedades utilizan la IA. En los últimos meses, ha publicado diversos documentos sobre la economía de esta tecnología.
Desde 1947, el crecimiento del PIB en Estados Unidos ha promediado aproximadamente un 3 por ciento anual, mientras que el crecimiento de productividad ha sido cerca del 2 por ciento anual. Algunas predicciones sugieren que la IA podría duplicar este crecimiento o al menos crear una trayectoria más alta. Sin embargo, en uno de sus estudios titulado “La macroeconomía simple de la IA”, publicado en agosto en Economic Policy, Acemoglu estima que durante la próxima década, la IA producirá un “incremento modesto” en el PIB entre 1.1 y 1.6 por ciento, con una ganancia anual aproximada del 0.05 por ciento en productividad.
Esta evaluación se basa en estimaciones recientes sobre cuántos empleos están siendo afectados por la IA. Un estudio realizado por OpenAI y otras instituciones indica que alrededor del 20 por ciento de las tareas laborales en EE.UU. podrían estar expuestas a las capacidades de la IA. Otro estudio proyecta que aproximadamente el 23 por ciento de las tareas relacionadas con visión computacional podrían ser automatizadas dentro de los próximos diez años.
A medida que se realizan estas estimaciones, es fundamental comprender cómo se espera que cambie el mercado laboral debido a la IA. Acemoglu plantea interrogantes sobre cuáles serán las nuevas tareas para los humanos con la llegada de esta tecnología generativa: “¿De dónde vendrán esas nuevas tareas? No creo que lo sepamos aún”, afirma.
A pesar del optimismo generalizado respecto a los avances tecnológicos, Acemoglu sugiere que muchos trabajos permanecerán intactos: “Las empresas seguirán haciendo más o menos lo mismo; algunas ocupaciones se verán afectadas, pero aún necesitaremos periodistas, analistas financieros y empleados de recursos humanos”. Esto implica que la IA probablemente impactará un conjunto limitado de tareas administrativas donde se requiera procesar grandes volúmenes de datos rápidamente.
A medida que se debate sobre si la IA reemplazará o complementará a los trabajadores, Acemoglu enfatiza su preocupación principal: si esta tecnología será utilizada para aumentar la productividad o simplemente para sustituir puestos laborales existentes. Argumenta que actualmente hay una tendencia hacia la automatización sin suficiente atención a cómo puede mejorar las capacidades humanas.
A través de su libro “Power and Progress”, coescrito con Johnson, exploran quién realmente captura los beneficios del crecimiento económico generado por las innovaciones tecnológicas y abogan por un enfoque que priorice el aumento de productividad sin eliminar empleos.
A medida que surgen estos desafíos éticos y económicos, Acemoglu propone una adopción más cuidadosa y regulada de tecnologías disruptivas como la IA. Sugiere que si bien hay beneficios potenciales significativos asociados con estas innovaciones, también existen riesgos considerables que deben ser gestionados adecuadamente para evitar daños al mercado laboral y otros sectores sociales.
"El ritmo acelerado puede dificultar correcciones necesarias", concluye Acemoglu. "Es crucial reflexionar sobre cómo estamos utilizando esta tecnología antes de avanzar demasiado rápido". Esta perspectiva subraya la importancia no solo del avance tecnológico sino también del contexto social y económico en el cual este progreso debe desarrollarse.
Cifra | Descripción |
---|---|
3% | Crecimiento del PIB de EE.UU. desde 1947 |
2% | Crecimiento de la productividad desde 1947 |
1.1% - 1.6% | Aumento estimado del PIB por IA en los próximos 10 años |
0.05% | Aumento anual estimado de productividad por IA |
20% | Porcentaje de tareas laborales expuestas a capacidades de IA |
23% | Porcentaje de tareas de visión por computadora que podrían ser automatizadas |
27% | Ahorro promedio en costos debido a la IA |
Los efectos económicos de la IA son inciertos. Aunque hay una gran inversión en IA, no está claro qué resultados producirá. Daron Acemoglu estima que la IA generará un aumento modesto del PIB entre 1.1 y 1.6 por ciento en la próxima década.
Acemoglu sugiere que la IA probablemente impactará un conjunto limitado de tareas de oficina relacionadas con el resumen de datos, reconocimiento visual y patrones, que representan aproximadamente el 5 por ciento de la economía.
Acemoglu argumenta que la IA debería enfocarse más en ayudar a los trabajadores a aumentar su productividad, en lugar de reemplazarlos. Actualmente, muchas aplicaciones de IA están diseñadas para automatizar tareas en lugar de complementar las habilidades humanas.
La adopción de tecnologías debe ser gradual para mitigar posibles daños sociales y económicos. Un enfoque más deliberado podría permitir evaluar mejor los beneficios y desventajas antes de una implementación masiva.
La regulación gubernamental puede desempeñar un papel crucial en guiar cómo se adopta y utiliza la tecnología de IA, aunque aún no está claro qué tipo de regulaciones se implementarán.
El 'hype' puede llevar a inversiones inadecuadas y decisiones apresuradas sobre el uso de tecnología. Acemoglu advierte que un enfoque impulsado por el hype dificulta realizar correcciones necesarias en el rumbo tecnológico.