Un estudio del MIT revela que navegar por contenido negativo en línea agrava los problemas de salud mental. La investigación muestra una relación bidireccional entre el estado emocional y el tipo de contenido consumido, indicando que las personas con síntomas de salud mental tienden a buscar información negativa, lo que a su vez empeora su estado. Para ayudar a mitigar este efecto, los investigadores han desarrollado una herramienta llamada "Digital Diet", que clasifica los resultados de búsqueda en Google según su impacto emocional. Este avance busca empoderar a los usuarios para tomar decisiones más saludables sobre el contenido que consumen en línea.
Un reciente estudio realizado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha puesto de manifiesto que las personas que enfrentan dificultades en su salud mental tienden a navegar por contenido negativo en internet, lo cual, a su vez, agrava sus síntomas. Este hallazgo se detalla en una serie de investigaciones lideradas por un grupo académico que ha desarrollado una herramienta en forma de complemento web para ayudar a los usuarios a tomar decisiones más informadas sobre el contenido que consumen.
El trabajo fue presentado en un artículo de acceso abierto por Tali Sharot, profesora adjunta de neurociencias cognitivas en el MIT y docente en University College London, junto con Christopher A. Kelly, un exestudiante de doctorado que formó parte del laboratorio Affective Brain durante la realización del estudio y actualmente es investigador postdoctoral en el Instituto de Inteligencia Artificial Centrada en el Humano de Stanford. Los resultados fueron publicados el 21 de noviembre en la revista Nature Human Behavior.
Sharot explica: “Nuestro estudio muestra una relación causal bidireccional entre la salud mental y las actividades realizadas en línea. Observamos que las personas con síntomas de salud mental son más propensas a buscar información negativa o aterradora, lo que a su vez empeora sus síntomas. Se trata de un ciclo retroalimentado”.
Para llevar a cabo esta investigación, se analizaron los hábitos de navegación web de más de mil participantes mediante procesamiento de lenguaje natural, evaluando tanto puntuaciones negativas como positivas para cada página visitada. Además, se midieron emociones como ira, miedo, anticipación, confianza, sorpresa, tristeza, alegría y desagrado. Los participantes completaron cuestionarios sobre su salud mental e indicaron su estado emocional antes y después de las sesiones de navegación.
Los resultados revelaron que aquellos que exploraron páginas menos negativas reportaron estados de ánimo más positivos, mientras que quienes comenzaban con un estado emocional desfavorable tendían a visitar páginas más negativas.
En un estudio posterior, los participantes leyeron información extraída aleatoriamente de seis páginas negativas o seis páginas neutrales. El análisis mostró que quienes accedieron a contenido negativo reportaron un estado anímico peor comparado con aquellos expuestos a contenido neutral. Posteriormente, estos últimos tendieron a visitar más páginas negativas cuando se les pidió navegar por internet durante diez minutos.
Los autores del estudio subrayan: “Estos resultados contribuyen al debate actual sobre la relación entre la salud mental y el comportamiento en línea. La mayoría de las investigaciones anteriores han centrado su atención en la cantidad de uso —como tiempo frente a pantalla o frecuencia en redes sociales— lo cual ha llevado a conclusiones mixtas. En cambio, aquí nos enfocamos en el tipo de contenido navegado y encontramos que sus propiedades afectivas están causalmente relacionadas con la salud mental y el estado anímico”.
Con el fin de explorar si una intervención podría modificar las elecciones durante la navegación web y mejorar el estado emocional, los investigadores proporcionaron páginas de resultados de motores de búsqueda con tres opciones para varias consultas. Algunos participantes recibieron etiquetas para cada resultado clasificadas desde “sentirse mejor” hasta “sentirse peor”, mientras que otros no recibieron ninguna etiqueta. Aquellos que contaron con etiquetas mostraron menor inclinación hacia contenido negativo y mayor preferencia por contenido positivo.
A raíz de estos hallazgos, Sharot y Kelly desarrollaron una herramienta descargable llamada “Digital Diet”, que ofrece puntuaciones para los resultados obtenidos en Google según tres categorías: emoción (si el contenido es percibido como positivo o negativo), conocimiento (en qué medida ayuda a comprender un tema) y acción (utilidad promedio del contenido). La herramienta fue presentada públicamente esta semana junto con la publicación del artículo mencionado anteriormente.
Kelly concluye: “Las personas con problemas graves de salud mental tienden a buscar contenido negativo y aterrador, lo cual exacerba sus síntomas creando un ciclo vicioso. Esperamos que esta herramienta les permita tener mayor control sobre lo que consumen y romper esos ciclos negativos”.
El estudio indica que las personas con problemas de salud mental son más propensas a navegar por contenido negativo en línea, lo que a su vez empeora sus síntomas. Se establece una relación bidireccional donde la búsqueda de este tipo de contenido agrava los problemas de salud mental.
La investigación fue llevada a cabo por un grupo de investigadores del MIT, incluyendo a Tali Sharot y Christopher A. Kelly. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature Human Behavior.
Se desarrolló una herramienta llamada "Digital Diet", un complemento web que ayuda a los usuarios a tomar decisiones más informadas sobre el contenido que visualizan, proporcionando puntuaciones para los resultados de búsqueda en Google basadas en su impacto emocional.
Los participantes que navegaban por páginas web negativas reportaron sentirse en un estado de ánimo peor después de su experiencia en comparación con aquellos que visitaron páginas neutras. Esto sugiere que el tipo de contenido consumido tiene un impacto directo en el bienestar emocional.
Los participantes que recibieron etiquetas sobre si el contenido les haría sentir mejor o peor eran menos propensos a elegir contenido negativo y más propensos a optar por contenido positivo, lo cual resultó en una mejora significativa en su estado de ánimo.