Un informe de la investigación sobre COVID-19 en Australia revela que las drásticas restricciones impuestas durante la pandemia y la falta de transparencia del gobierno han llevado a una notable pérdida de confianza pública. El estudio, emitido por el gobierno del Primer Ministro Anthony Albanese, critica los cierres fronterizos y las inconsistencias en las decisiones de los líderes estatales, lo que ha generado confusión y desconfianza entre los ciudadanos. Además, se advierte que estas medidas extremas han contribuido a una renuencia continua a vacunarse. Para restaurar la confianza, el informe sugiere aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en futuras respuestas a emergencias de salud pública.
Una investigación sobre la gestión de la pandemia en Australia ha revelado que las estrictas restricciones impuestas por el gobierno durante este periodo, junto con una notable falta de transparencia respecto a la evidencia utilizada para respaldar sus decisiones, han provocado un marcado descenso en la confianza pública. Este fenómeno podría tener repercusiones negativas en futuras emergencias sanitarias.
El informe, emitido por el gobierno del primer ministro Anthony Albanese, critica a los líderes estatales por generar confusión y desconfianza entre los ciudadanos. En particular, se señala que las severas cierres fronterizos implementadas por gobiernos laboristas en estados como Queensland, Victoria y Australia Occidental fueron consideradas irracionales y perjudiciales.
La disparidad en las respuestas al COVID-19 entre diferentes estados y territorios contribuyó a aumentar la desconfianza pública. Los expertos indicaron que las explicaciones contradictorias ofrecidas por los líderes sobre sus decisiones generaron dudas, especialmente en relación con las restricciones fronterizas.
“Algunas diferencias no fueron fácilmente explicables y no se proporcionó una justificación adecuada. Esto incluye el funcionamiento de los cierres fronterizos que los estados impusieron de manera unilateral, careciendo de consistencia y compasión en su implementación”, reza el informe.
Además, se advirtió que los extremos mandatos de vacunación han creado una “persistente reticencia” entre la población para vacunarse contra el COVID-19 y otras enfermedades.
El resumen del informe destaca que al inicio de la pandemia, los australianos confiaban generalmente en su gobierno y estaban dispuestos a acatar las órdenes de salud pública. Sin embargo, esta confianza se erosionó rápidamente debido a la gestión defectuosa del gobierno durante la crisis sanitaria.
La transparencia será fundamental para las futuras respuestas ante pandemias, dado que el gobierno no consideró adecuadamente los impactos sociales, económicos y mentales de sus medidas sobre la población.
Los autores del informe advierten: “El desafío que enfrentamos es restablecer y construir confianza en las respuestas gubernamentales antes de cualquier futura emergencia sanitaria. No podemos asumir que el público cumplirá con restricciones similares en una próxima crisis”.
El extenso documento de 860 páginas presenta 26 acciones recomendadas para mejorar la preparación ante futuras pandemias y emergencias sanitarias, además de nueve recomendaciones más amplias. Entre ellas se incluye la necesidad de publicar las razones detrás de las decisiones gubernamentales y aumentar la rendición de cuentas para mantener la confianza pública.
No sorprende que uno de los principales problemas identificados haya sido forzar a las personas a cumplir con directrices sanitarias, creando la impresión de que no podían cuestionar lo que el gobierno les decía.
“Fue la imposición de restricciones sanitarias, especialmente en cuanto a vacunación, lo que tuvo el mayor impacto negativo sobre la confianza. La combinación de medidas obligatorias y la percepción generalizada de incapacidad para criticar o cuestionar las decisiones gubernamentales ha contribuido a que las tasas de vacunación no obligatoria caigan a niveles peligrosamente bajos”, concluye el informe.
La investigación reveló que las restricciones extremas impuestas durante la pandemia y la falta de transparencia del gobierno han causado una fuerte disminución de la confianza pública, lo que podría tener repercusiones negativas en futuras emergencias de salud pública.
Un punto importante fue el cierre draconiano de fronteras, que se consideró irracional y dañino. También se destacó que las diferentes respuestas estatales a la pandemia generaron confusión y desconfianza entre el público.
Los mandatos extremos de vacunación han llevado a una "reticencia continua" por parte de las personas para vacunarse contra COVID-19 y otras enfermedades, erosionando aún más la confianza en el gobierno.
El informe sugiere aumentar la transparencia en las decisiones gubernamentales, publicar las razones detrás de estas decisiones y mejorar la rendición de cuentas para reconstruir la confianza antes de futuras emergencias sanitarias.
El desafío es reestablecer y construir confianza en las respuestas del gobierno antes de cualquier futura emergencia de salud pública, ya que no se puede asumir que el público cumplirá con restricciones similares en el futuro.