El Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) registró tormentas que, alineadas, avanzaban desde el mar hacia tierra. La más intensa de estas tormentas se encontraba aún sobre el Mediterráneo cuando las otras tres ya descargaban agua en Barcelona y sus alrededores.
Según los datos, la lluvia ha sido particularmente significativa en el Aeropuerto de El Prat, con acumulaciones de hasta 81 litros por metro cuadrado en cuestión de horas. En Viladecans, la cifra ascendió a 131 litros, evidenciando la intensidad del evento.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha alertado sobre la posibilidad de que en algunas zonas del Baix Llobregat las acumulaciones de agua superen los 180 litros por metro cuadrado en un periodo de 24 horas, lo que ha llevado a la activación de una alerta roja por el riesgo de inundaciones extremas.
Este episodio meteorológico ha tenido un impacto considerable en la movilidad y la infraestructura de la región. Los servicios de Cercanías de Barcelona han suspendido su actividad, y varias carreteras han quedado inundadas, afectando el tráfico en y alrededor de la ciudad. Además, los vuelos en el aeropuerto han registrado retrasos y desviaciones debido a las condiciones adversas.
La Generalitat de Cataluña ha enviado alertas a los dispositivos móviles de los residentes en las comarcas del Maresme, Vallès Occidental, Vallès Oriental, Baix Llobregat, Garraf y Barcelonès, recomendando evitar viajes innecesarios y permanecer en lugares seguros. Estas medidas se enmarcan dentro de un plan de emergencia que busca minimizar los riesgos asociados a las inundaciones y los desprendimientos.
La comunidad científica y meteorológica sigue de cerca este evento, que se suma a una serie de fenómenos meteorológicos extremos que han afectado la península ibérica en las últimas semanas, evidenciando un patrón de mayor inestabilidad climática en la región.