En él se gestionan las alertas recibidas a través del teléfono 112 y se atiende de forma inmediata, durante 24 horas y 365 días, las emergencias de ciudadanos en situación de calle o de abandono, con alguna discapacidad o víctimas de cualquier tipo de violencia.
Esta nueva infraestructura, que cuenta con más de 250 metros cuadrados, alberga despachos individuales de intervención; un puesto de conexión con el Servicio 112; sala de descanso; área de acogida, y sala polivalente de cuatro estancias de emergencia no residencial, con baño completo. Además, dispone de vestuarios, aseos y zona de almacenaje.
Sus profesionales atendieron el año pasado a alrededor de 4.500 personas, recibieron 17.500 llamadas y realizaron 9.500 intervenciones. Y en lo que va de 2024 ya han prestado ayuda a más de 2.400, a través de 11.000 llamadas y 5.500 intervenciones.
El Gobierno regional, a través del Servicio de Emergencia Social, gestiona también un total de 60 plazas de alojamiento, en régimen de pensión completa, la mitad de ellas en la capital y el resto en Móstoles, Parla y Becerril de la Sierra, con una inversión anual de 5,6 millones de euros. En invierno y verano estos recursos aumentan en 50 y 20 puestos respectivamente.
Todas ellas están orientadas a aquellos ciudadanos o unidades familiares con o sin menores que se encuentran en desamparo por pérdida de hogar. También ofrece plazas en residencia destinadas a mayores de 65 años afectados por situaciones de abandono o desorientación, que en algunos casos pueden estar agravadas por limitaciones físicas o económicas. Además, cuenta con unidades móviles de atención 24 horas que se desplazan a los lugares donde se puedan producir situaciones como las anteriormente citadas.
El Ejecutivo autonómico inició en la pasada Legislatura un proceso de consolidación y mejora de este servicio regional que continuará en los próximos meses con una inversión total de 10,4 millones de euros. Para esta nueva sede, la inversión ha sido de medio millón de euros, financiados con fondos europeos.