De hecho, según los datos, más de la mitad (51%) de las personas que sufrieron agresiones asegura sentir rabia más de la mitad del tiempo, frente a un 16% en el caso de las personas LGTBI+ que no las han sufrido. Un 57,6% de quienes sufrieron agresiones dice sentir miedo más de la mitad del tiempo, frente a un 16.70% de quienes no han sido atacadas y un 58,90% de las víctimas declaran sentir ansiedad más de la mitad del tiempo, frente a un 32,10% de la población LGTBI+ que no ha sufrido experiencias de ese tipo.
Por eso, la Federación insiste en atajar el origen de esta violencia, los discursos de odio, que son la antesala del delito. Y es que, según la FRA, en España se ha pasado de un 8% de personas LGTBI+ agredidas física o sexualmente en 2020, a un 12% en 2024. Así, la presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, Uge Sangil, defiende que “necesitamos urgentemente un Pacto de Estado contra los discursos de odio hacia los grupos vulnerables para que deje de legitimarse esta violencia y para que la LGTBIfobia deje de ser rentable políticamente”.
Por su parte, el co-coordinador del Grupo de Salud Integral, Toni Martí, recuerda que en el último año, en España 700.000 personas LGTBI+ sufrieron acoso y 250.000 fueron víctimas de agresiones físicas o sexuales por ser LGTBI+. “Hay que atender, entender, acompañar y escuchar a las víctimas”, declara. “La sanidad pública ha de aumentar recursos porque no todo el mundo puede acceder a la sanidad privada. La población LGTBI+ es una de las que tiene cuotas más altas de suicidio y, por eso, debemos invertir en prevención”, defiende.
La discriminación también es violencia
Por su parte, la co-coordinadora del Grupo de Salud Integral de la Federación, Irene Aterido, alerta de que “la persistencia de síntomas ansioso-depresivos que muestran las víctimas de LGTBIfobia podría llevar al desarrollo de trastornos de estrés post traumático complejos a futuro.
Además, según la investigación, las víctimas de discriminación también sufren altas tasas de ansiedad y miedo. El 56% de quienes han sufrido discriminación sufren ansiedad más de la mitad del tiempo y el 40%, miedo.
“La discriminación también es violencia, por eso, es importante abordar las nuevas y viejas formas de traumatización del colectivo. Estas pueden ser, al margen de las agresiones físicas o sexuales, la serofobia y el estigma, el acoso escolar o laboral o el ostracismo, entre otras”, declara. Por eso, reivindicamos que se imparta una educación en diversidad de manera generalizada, tal y como se recoge en la legislación actual”, defiende.