El procesado, que huyó tras los gritos de la víctima, fue detenido minutos después por la Policía Municipal. En las dependencias policiales, golpeó a uno de los agentes.
En la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, la Sala de lo Civil y Penal del TSJN confirma las penas establecidas por la Sección Primera de la Audiencia por los delitos de agresión sexual (2 años y 6 meses) y atentado a agente de la autoridad (1 año y 9 meses).
El encausado, de nacionalidad salvadoreña, de 39 años, deberá indemnizar con 3.120 euros a la víctima por las lesiones (120) y el daño moral (3.000). A la conclusión de la pena de prisión, deberá cumplir la medida de libertad vigilada por plazo de 3 años. Asimismo, también tendrá que indemnizar al agente lesionado con 130 euros.
Los hechos enjuiciados se produjeron sobre las 3.30 horas del 8 de mayo de 2022, cuando el encausado se acercó corriendo a la mujer, que iba andando por la Vuelta del Castillo, por la zona más cercana a los fosos.
Le agarró del cuello, le cogió el teléfono que portaba, con el que ella iba hablando, y lo lanzó al suelo. Seguidamente, le desabrochó el abrigo y le tocó el pecho.
Ante la agresión que sufría, la víctima comenzó a gritar. Cuando se acercaban cuatro jóvenes para auxiliarla, el agresor huyó corriendo. Agentes de la Policía Municipal lo siguieron y lo detuvieron minutos después.
Trasladado a la sede de la Policía Municipal, al bajar del coche, el condenado quiso morder en la mano a un agente, sin conseguirlo. Después, en el momento de introducirlo en una celda, propinó un cabezazo en el pecho a un policía, quien al caer al suelo tras un forcejeo se torció la muñeca derecha.
La Sala de lo Civil y Penal del TSJN, que desestima el recurso de la defensa, considera, al igual que la Audiencia, que el inculpado cometió un delito de agresión sexual al sujetar con fuerza por detrás a la mujer, desabrocharle el abrigo y tocarle el pecho.
La persona detenida minutos después, destaca el Tribunal, coincidía en altura y vestimenta con la descripción dada desde el primer momento por la víctima, quien minutos después, desde el interior de un vehículo policial, vio al agresor y corroboró que se ajustaba a las características descritas.