OPINIÓN

Ecología sí, fanatismo y violencia no

(Foto: @GretaThunberg).
Alejandro A. Tagliavini | Jueves 26 de septiembre de 2019
Noah Rothman escribió una columna titulada “La huelga climática tiene que ver con el adoctrinamiento, no con la ciencia”. Preocupa que se trate de un principio de “histeria colectiva”, también llamada “psicosis en grupo” y de lavado de cerebro: demandan que la "educación integral sobre el cambio climático", se dirija a niños de 5 a 14 años porque "la capacidad de impresión es alta durante esa etapa de desarrollo".

Para participar en esta huelga callejera, miles de niños faltaron a la escuela coincidiendo con el discurso de una niña -omito su nombre por discreción, siendo una menor vulnerable- en la sede de la ONU. "Estamos en huelga porque la ciencia dice que tenemos solo unos pocos años para transformar nuestro sistema energético… y prevenir los peores efectos del cambio climático", dice el manifiesto de Youth Climate Strike (YSC).

Y pretenden que los gobiernos, haciendo uso de su monopolio de la violencia, impongan cosas como la creación de bancos estatales, viviendas a precios razonables, cierre de todas las plantas generadoras de combustibles fósiles que deberían eliminarse completamente para 2030. Ahora, por qué es necesaria una estrategia a largo plazo si solo tenemos "11 años” para evitar el desastre. ¿Será que detrás de esto hay solo intereses económicos?

Susan Allan Block, que ha estudiado permacultura y pertenece a una antigua familia de agricultores, hacer notar que la tierra se ha calentado desde el principio, se derritieron los glaciares, desaparecieron los dinosaurios. Esto del cambio climático no es nuevo y me parece muy soberbio pretender que el diminuto ser humano es capaz de poner en jaque a la inmensa, eterna y sabia naturaleza

Por cierto, las decisiones tomadas por los gobiernos, dice YCS, "deberían estar vinculadas a la investigación científica, incluido el informe de 2018 del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) que es una entidad “científica” - ¿o propagandística? - creada por la ONU.

El IPCC en 2001 dijo que las temperaturas invernales más suaves disminuirían la severidad de las tormentas de nieve cosa que no ha sucedido, y en 2007, advirtió que el "aumento del estrés hídrico" reduciría el rendimiento de los cultivos, pero resulta que hoy estos rendimientos crecen exponencialmente.

Y los “científicos” a los que tenemos que seguir son a los de la ONU, acusada por muchos de corrupción y de estar manejada por políticos con intereses creados. La ineficiencia de la ONU es paradigmática. No ha detenido ningún conflicto y hasta se diría que los ha fogoneado, como actualmente en Yemen y Siria.

A Saddam Hussein se le dio el manejo del multimillonario programa Petróleo por Alimentos. El brazo derecho del secretario general de la ONU, es uno de los principales implicados en el fraude. La ONU, y la Unicef, ignoraron las acusaciones sobre abusos sexuales a niños cometidos por sus “fuerzas de paz” en la República Centroafricana. En 2015 un diplomático de Antigua y Barbuda y expresidente de la Asamblea General de la ONU, fue detenido en Nueva York por aceptar sobornos de empresarios chinos.

En fin, todos queremos un mundo natural y sano -y optimista- y quizás algo de razón tenga el IPCC, aunque muchos científicos los contradicen; pero no tienen derecho a imponer ideas por la fuerza policial del Estado. Aunque sean ‘dueños de la verdad’, la coacción, la violencia no es el camino.

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California

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