La población de Gaza vive con un promedio de 4,7 litros de agua al día después de que Israel cortara el suministro al inicio de la guerra. “Cualquiera de nosotros usa no menos de 100 litros al día. Incluso en situaciones de emergencia, una persona requeriría al menos 15 litros al día, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó Pedro Arrojo.
“Además, si la potabilidad del agua no se garantiza se convierte en el vector más terrible para enfermedades y muertes. En este caso, esto se utiliza claramente como un arma en Gaza contra la población civil palestina”
Arrojo además dijo que el agua a la que accede la población se encuentra en muchos casos contaminada con materia fecal lo que “ha desembocado en enfermedades y muertes, particularmente entre bebés y niños”.
Desde el 7 de octubre se han presentado 1,7 millones de casos de enfermedades infecciosas a causa de contaminación en el agua, particularmente de diarrea, hepatitis A, polio y viruela.
En la misma rueda de prensa la relatora sobre los derechos del pueblo palestino, Francesca Albanese, denunció la inacción de la comunidad internacional:
“Escandalosamente, ante el abismo alcanzado en los Territorios Palestinos Ocupados y la esperanza otorgada por el sistema de justicia internacional, los Estados miembros siguen siendo pasivos en el mejor de los casos o están asistiendo y apoyando activamente el comportamiento criminal de Israel. La comunidad internacional tiene que actuar decididamente y ahora”.