CLAVES

El reciclaje es una tapadera para el "lavado verde" de la industria del plástico

OpenAI | Sábado 31 de agosto de 2024

La búsqueda de mantener las botellas de plástico lejos de los vertederos y los cuerpos de agua es un esfuerzo consciente y sostenible. No obstante, frecuentemente estos plásticos se reciclan en nuevos materiales de embalaje, lo que resulta en una combinación desconocida de productos químicos sintéticos que pueden filtrarse en el suministro alimentario, perjudicando la salud humana. Al intentar salvaguardar el medio ambiente, podríamos estar causándonos daño sin darnos cuenta, mientras que las agencias reguladoras parecen estar desatendiendo esta problemática.

Crecientes críticas se dirigen hacia la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) debido a su insuficiente supervisión sobre los plásticos reciclados empleados en los nuevos envases de alimentos. Investigadores han señalado que las empresas químicas están prácticamente autorregulándose, al mezclar una combinación alarmante de ftalatos y BPA en los plásticos reciclados. En nuevos materiales de envasado de alimentos, se están combinando productos químicos sintéticos desconocidos, lo que asegura que el suministro actual de alimentos esté contaminado con carcinógenos que alteran el sistema endocrino. Además, el proceso de aprobación de la FDA no ofrece una protección adecuada contra los riesgos potenciales asociados con los productos químicos tóxicos que pueden filtrarse en los alimentos.

Desde la década de 1990, más de 340 solicitudes voluntarias para materiales en contacto con alimentos elaborados a partir de plásticos reciclados han recibido la aprobación de la FDA. En los últimos años, este número ha experimentado un aumento notable. Desde 2019, las aprobaciones de productos de plástico reciclado se han triplicado, pasando de un promedio de 7-8 aprobaciones anuales antes de ese año a aproximadamente 23 aprobaciones cada año desde entonces.

Grandes empresas, como Coca-Cola y General Mills, han comenzado a utilizar plásticos reciclados en sus productos. Las botellas de PET (tereftalato de polietileno) de Coca-Cola son 100% recicladas, mientras que las cajas de cereales Annie's de General Mills cuentan con un revestimiento de plástico reciclado al 35%.

Algunas de las mayores empresas petroquímicas, como Eastman Chemicals, DuPont e Indorama, están entre las que buscan aprobaciones. La influencia de estos fabricantes es considerable sobre los reguladores, especialmente debido a la gran inversión que se realiza en el reciclaje de plástico. El objetivo principal consiste en comercializar nuevos productos elaborados con plástico reciclado a un costo menor, ya que las compañías desean proyectar una imagen sostenible mientras maximizan sus ganancias.

La falta de rigor y transparencia en el proceso de aprobación de la FDA para estos materiales ha sido objeto de críticas. A diferencia de otros procedimientos regulatorios, la revisión que realiza la FDA sobre los plásticos reciclados es voluntaria, lo que implica que las empresas no tienen la obligación de presentar datos completos sobre seguridad ni de someterse a pruebas obligatorias, a menos que decidan hacerlo. La insuficiencia de los datos proporcionados por la industria, en los que se basa la FDA, dificulta la identificación de posibles riesgos para la salud.

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