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The New York Times desvela una estrategia nuclear secreta de EE.UU

OpenAI | Jueves 22 de agosto de 2024

En marzo, un plan estratégico nuclear altamente clasificado fue aprobado por el presidente Joe Biden, el cual, por primera vez, reorienta la estrategia de disuasión de Estados Unidos hacia la rápida expansión del arsenal nuclear de China.

El Pentágono considera que en la próxima década los arsenales de China alcanzarán un tamaño y diversidad que competirán con los de Estados Unidos y Rusia, lo que provoca el cambio.

No se realizó el anuncio por parte de la Casa Blanca sobre la aprobación de la estrategia conocida como “Nuclear Employment Guidance” por parte de Biden, la cual busca también preparar a Estados Unidos ante posibles desafíos nucleares coordinados provenientes de China, Rusia y Corea del Norte. Este documento, que se actualiza aproximadamente cada cuatro años, está tan altamente clasificado que no hay copias electrónicas disponibles; únicamente un reducido número de copias impresas ha sido distribuido a algunos funcionarios de seguridad nacional y altos mandos del Pentágono.

Recientemente, dos altos funcionarios gubernamentales tuvieron la oportunidad de referirse al cambio en sus discursos, utilizando frases sueltas y cuidadosas. Se anticipa que antes de que Biden termine su mandato, se realizará una notificación más detallada y no clasificada al Congreso.

Recientemente, el presidente actualizó las directrices sobre el uso de armas nucleares para considerar a varios adversarios que también poseen este tipo de armamento, según lo comentó Vipin Narang, estratega nuclear del MIT y exfuncionario del Pentágono. "Y en particular", destacó, la nueva guía de armamento abordaba "el significativo aumento del tamaño y la diversidad" del arsenal nuclear de China.

En junio, el documento que analiza en profundidad la capacidad de Estados Unidos para hacer frente a crisis nucleares que ocurran de manera simultánea o secuencial, utilizando tanto armas nucleares como no nucleares, fue mencionado por Pranay Vaddi, director principal de control de armamentos y no proliferación del Consejo de Seguridad Nacional.

Vaddi expresó que la nueva estrategia enfatiza “la necesidad de disuadir simultáneamente a Rusia, la RPC y Corea del Norte”, refiriéndose a la República Popular China con el acrónimo.

La percepción en Washington ha cambiado drásticamente debido a la creciente colaboración entre Rusia y China, así como a las armas convencionales que Corea del Norte e Irán están suministrando a Rusia para su conflicto en Ucrania. Anteriormente, parecía poco probable que los adversarios de Estados Unidos pudieran coordinar amenazas nucleares con el fin de superar su arsenal nuclear.

Ejercicios militares conjuntos están llevando a cabo Rusia y China. Las agencias de inteligencia intentan averiguar si, como respuesta, Rusia está brindando apoyo a los programas de misiles de Irán y Corea del Norte.

Un fuerte recordatorio se presenta en el nuevo documento, indicando que quien asuma el cargo tras prestar juramento el 20 de enero enfrentará un panorama nuclear mucho más volátil y diferente al que existía hace apenas tres años. Repetidamente, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares contra Ucrania. Esto se hizo especialmente evidente durante una crisis en octubre de 2022, cuando Biden y su equipo, al interceptar conversaciones entre altos mandos rusos, comenzaron a temer que la probabilidad de un uso nuclear podría aumentar hasta un 50 por ciento o incluso más.

Junto a los líderes de Alemania y el Reino Unido, Biden consiguió que China e India emitieran declaraciones públicas sobre la inapropiabilidad del uso de armas nucleares en Ucrania, lo que contribuyó a que la crisis se calmara, al menos de forma temporal.

Richard N. Haass, ex alto funcionario del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional bajo varios presidentes republicanos, así como presidente emérito del Consejo de Relaciones Exteriores, destacó en una entrevista que “fue un momento importante”. Además, advirtió que “nos enfrentamos a una Rusia radicalizada; la idea de que las armas nucleares no se utilizarían en un conflicto convencional ya no es una suposición segura”.

Las ambiciones nucleares de China dan lugar al segundo gran cambio. A un ritmo incluso más acelerado de lo que los funcionarios de inteligencia estadounidenses habían previsto hace dos años, se está llevando a cabo la expansión nuclear del país. Esta aceleración es impulsada por la firme decisión del presidente Xi Jinping de abandonar la estrategia de “disuasión mínima” que había prevalecido durante décadas, con el objetivo de igualar o superar los arsenales de Washington y Moscú. Actualmente, el complejo nuclear chino se posiciona como el que más rápido crece en el mundo.

A pesar de la confianza del expresidente Donald Trump en que Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, se desharía de sus armas nucleares tras sus tres encuentros cara a cara, la realidad fue diferente. Según estimaciones de los funcionarios, Kim ha intensificado su estrategia y actualmente posee más de 60 armas, además de contar con combustible para producir muchas más.

La naturaleza del desafío norcoreano ha sido transformada por esa expansión: anteriormente, cuando el país contaba únicamente con un reducido número de armas, las defensas antimisiles podían disuadirlo. Sin embargo, su arsenal ha crecido considerablemente y se aproxima rápidamente al tamaño de los arsenales de Pakistán e Israel, lo que teóricamente le permite coordinar amenazas con Moscú y Pekín.

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