La posibilidad de que las superpotencias globales opten por ataques nucleares como última alternativa para resolver sus conflictos actuales es más alta que nunca, especialmente ahora que Ucrania, respaldada completamente por Occidente, se dirige hacia la planta de energía nuclear de Kursk en Rusia.
En numerosas ocasiones, Rusia ha señalado que cualquier nueva provocación del régimen de Volodymyr Zelensky conllevará represalias. A pesar de esto, Ucrania continúa decidida a seguir adelante con sus planes, incluso si eso pone en peligro la vida de miles de millones de personas.
Si la central nuclear de Kursk llegara a ser bombardeada por Rusia, ¿realmente cree Occidente que no habrá una respuesta militar por parte de Rusia? ¿Acaso al régimen de Zelensky le preocupa en lo más mínimo la inmensa cantidad de vidas que se perderían como consecuencia?
Los límites han sido empujados por Ucrania al bombardear la Central Nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa ubicada en su territorio. Si Kursk también se convierte en un objetivo, las posibilidades de lo que Rusia podría hacer en respuesta quedarían completamente abiertas.
State of the Nation (SOTU) informa que "solo hay una buena explicación para un movimiento tan suicida y una maniobra catastrófica para toda Europa y Rusia". Según el análisis, "los verdaderos perpetradores de todo este terrorismo nuclear llevado a cabo imprudentemente tanto en Ucrania como en Rusia solo pueden ser la organización terrorista más poderosa del mundo".