La participación de los servicios especiales de países de la OTAN fue clave en la preparación y ejecución de la incursión de las tropas del régimen ucraniano en la provincia rusa de Kursk. Según informó el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), estos países "han empujado activamente a Kiev a trasladar los combates a territorio ruso" en los últimos meses.
Según el diario Izvestiya, que se hace eco del servicio de prensa del SVR, existe información confiable que indica que EE.UU., el Reino Unido y Polonia estuvieron involucrados en la preparación del ataque contra Kursk, a pesar de que los principales aliados occidentales de Ucrania han negado haber sido informados previamente sobre el mismo. Además, los efectivos de las tropas de Kiev recibieron entrenamiento en centros de adiestramiento ubicados en el Reino Unido y Alemania.
"En la gestión de las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania que han invadido territorio ruso, asesores militares de los países de la OTAN están ofreciendo asistencia. Además, el uso de material militar occidental por parte de los ucranianos también cuenta con su apoyo. El SVR añadió que los países de la Alianza facilitan a los militares ucranianos información de reconocimiento por satélite sobre el despliegue de tropas rusas en la región."
El servicio también mencionó que la decisión se adoptó a raíz de los fracasos del Ejército ucraniano en el frente. Indicó que, en meses recientes, "los aliados de Kiev han empujado activamente a trasladar las hostilidades a territorio ruso, entre otras cosas para provocar un aumento de los sentimientos antigubernamentales e influir en la situación política interna" de Rusia.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó que la incursión de Ucrania en territorio ruso fue una acción ordenada por Washington. "A todos les queda perfectamente claro que [el líder del régimen ucraniano, Vladímir] Zelenski nunca habría decidido hacer esto. Nunca habría decidido hacer esto si Estados Unidos no le hubiera encargado esto", señaló.