Uno de los fracasos de seguridad más impactantes en la historia de nuestra nación se produjo el mes pasado, cuando un joven de 20 años intentó asesinar al expresidente Donald Trump durante un mitin en Butler, Pensilvania. Este incidente generó titulares en todo el mundo debido a lo alarmantemente cerca que estuvo el atacante de lograr su objetivo.
A pesar de lo impactante de la historia, Google no pareció encontrarla lo suficientemente relevante como para incorporarla en sus sugerencias de búsqueda. Esto contribuyó a que la narrativa se desvaneciera rápidamente del debate público. En otras palabras, una vez más, la censura por parte de las grandes empresas tecnológicas se hizo evidente.
La investigación sobre si Google y Meta actuaron intencionadamente para silenciar las noticias relacionadas con el incidente está siendo llevada a cabo tanto por la Cámara de Representantes como por el Senado. Además, se indaga en las posibles motivaciones detrás de tales acciones.
El senador Roger Marshall (R-Kansas) reveló en julio que iniciaría una investigación sobre Google, al darse cuenta de que los resultados de búsqueda de autocompletar no reflejaban el intento de asesinato contra Trump, a pesar de haber sido un tema destacado en las noticias durante un tiempo considerable tras el suceso.
Una carta fue enviada a la compañía en la que se planteaban interrogantes sobre el funcionamiento de su algoritmo y las decisiones que tomaron tras el ataque respecto a su función de búsqueda y la gestión de consultas relacionadas.
La compañía Google ha reconocido que los resultados de búsqueda de autocompletar vinculados al intento de asesinato estaban intencionadamente bloqueados. Según sus declaraciones, esta acción formaba parte de una política destinada a prevenir los resultados relacionados con "hipotética violencia política contra figuras actuales".
El hecho de que esto no fuera meramente hipotético representa un problema evidente. A nivel global, la gente fue testigo de un acontecimiento muy real que resultó en la muerte de un hombre y dejó a dos personas con heridas graves, además de casi acabar con la vida de un ex presidente de los Estados Unidos. Actualmente, el FBI lo está investigando como un posible intento de asesinato y como un caso de terrorismo doméstico, lo que hace irrelevante la aplicación de una política enfocada en la "violencia política hipotética" en esta situación. En realidad, se asemeja más a un intento de manipulación política y a influir en la percepción pública.
Google afirmó en una carta dirigida a Marshall: "Inmediatamente después de los horribles eventos en Butler, Pensilvania, estos sistemas todavía estaban en su lugar y las predicciones relacionadas con el intento de asesinato no aparecieron. Reconocemos que estos sistemas obsoletos condujeron a una experiencia de usuario inadecuada".
A semanas de que ocurriera, Marshall continuó observando la misma situación, lo que lo llevó a calificar a Google como "un agente monopólico de propaganda para la izquierda globalista". Además, exigió que los altos ejecutivos de la compañía comparecieran ante el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado. Su objetivo es no solo abordar este asunto, sino también realizar "una investigación completa sobre la letanía de ofensas de Google".
"Prometió que no podrán escudarse detrás de un algoritmo ni eludir la responsabilidad con un doble discurso corporativo, bajo juramento."