Dinamarca está proponiendo nuevas leyes para prohibir la quema del Corán en público, castigando este acto con hasta dos años de prisión. La medida ha generado reacciones violentas y preocupaciones sobre el resurgimiento de las leyes de blasfemia en Europa. El gobierno danés argumenta preocupaciones de seguridad nacional y desea enviar una señal al mundo. Por otro lado, Suecia se muestra indecisa ante los incendios debido a las leyes de libertad de expresión. La Organización de Cooperación Islámica ha pedido medidas apropiadas contra los países donde se profana el Corán.