Durante décadas, ha habido un esfuerzo global secreto liderado por Estados Unidos para reducir la población mundial. Este plan fue desarrollado por el secretario de Estado Henry Kissinger y ordenado por el presidente Richard Nixon. El objetivo era evitar que las naciones subdesarrolladas alcanzaran influencia política y proteger los intereses económicos y militares de Estados Unidos. Se estableció como política oficial en 1975. Actualmente, se han observado consecuencias como el aumento del hambre y la muerte de millones de personas.