Según un informante, las principales compañías farmacéuticas recibieron vacunas Covid-19 desarrolladas en secreto por el Departamento de Defensa de EE.UU. para su distribución al público. Se ha alegado que la industria farmacéutica ha desempeñado un papel en un programa de bioterrorismo encubierto. Los lotes de vacunas con problemas no fueron retirados y se distribuyeron ampliamente, lo que resultó en muertes y eventos adversos graves. La fabricación y distribución de estas vacunas está bajo el control del Departamento de Defensa. Se están recopilando pruebas para presentar casos penales contra los responsables.