El texto afirma que los huracanes cada vez más intensos en el sureste de Estados Unidos son resultado de la manipulación del clima por parte de geoingenieros del Nuevo Orden Mundial. Estas supertormentas son utilizadas como una estrategia para imponer nuevas leyes y adquirir tierras después de la devastación. Se argumenta que incluso los huracanes naturales pueden ser dirigidos hacia objetivos específicos. Además, se menciona cómo un depredador capitalista ha tomado el control del condado de Taylor, Florida, a pesar de la resistencia de los residentes.