El mexicano Carlos Slim, uno de los cuatro hombres más ricos del planeta, está a punto de hacerse con el control de la estratégica empresa española FCC (Fomento de Construcciones y Contratas), gracias a los buenos oficios del expresidente socialista Felipe González. FCC es la mayor empresa de servicios -suministro de agua, recogida de basuras, limpieza y mantenimiento- a comunidades autónomas y ayuntamientos. Tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la corrupción se ha trasladado a los contratos de prestación de servicios con cientos de políticos en juzgados y tribunales. Slim llega a España dispuesto a ser aún más rico a la sombra de la corrupción.