El mitin en Butler, Pensilvania, se repetirá, anunció el expresidente Donald Trump, en el mismo lugar donde el 13 de julio Thomas Matthew Crooks le disparó.
El anuncio fue realizado por Trump a través de Truth Social, apenas unos días después de que el Servicio Secreto le recomendara evitar eventos al aire libre. "Regresaré a Butler para un gran y hermoso rally, honrando el alma de nuestro querido héroe bombero, Corey [Comperatore], y esos ... Brave Patriots lesionados hace dos semanas. Qué día será", escribió.
En una publicación distinta en Truth Social, Trump afirmó que no disminuirá la cantidad de eventos de campaña. Algunos expertos sugieren que la petición del Servicio Secreto, que insta a Trump a evitar realizar actividades al aire libre y a restringir sus apariciones a eventos en interiores, es un intento de interferencia electoral diseñado para desincentivar el entusiasmo hacia el expresidente.
"Realizaré más mítines al aire libre, y el Servicio Secreto ha convenido en aumentar significativamente su operación. Tienen la capacidad para hacerlo", afirmó Trump. "Es inaceptable que alguien limite o impida la libertad de expresión o [cualquier] reunión".
Durante el mitin de campaña previo en Butler, Trump fue blanco de disparos por parte de Crooks. No obstante, la bala solo alcanzó a rozar la oreja del expresidente. Mientras tanto, Comperatore, quien había sido jefe del Departamento de Bomberos Voluntarios de Buffalo, perdió la vida al intentar proteger a su familia de los disparos. (Relacionado: Trump baleado, sobrevive a un intento de asesinato en Pensilvania; tirador, un asistente al mitin muerto, otros heridos).
James Copenhaver y David Dutch, quienes también resultaron con heridas graves, recibieron atención médica. Después de su tratamiento, ambos han sido dados de alta y han expresado su agradecimiento a la comunidad por el apoyo brindado.
Los francotiradores del Servicio Secreto lograron neutralizar a Crooks, de 20 años, poco después de que este intentara asesinar a Trump sin éxito. Sin embargo, la tardía reacción de la agencia generó numerosas críticas entre los republicanos, lo que culminó en la dimisión de Kimberly Cheatle como directora del Servicio Secreto el 23 de julio.
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