En las primeras horas de la mañana del miércoles, un ataque en Teherán acabó con la vida de Ismail Haniyeh, quien lideraba políticamente a Hamas. Esto ocurrió apenas unas horas después de que Israel anunciara la muerte de un alto comandante de Hezbollah en Beirut.
Los asesinatos de ambos individuos representan un duro revés para Hamas y Hezbolá; sin embargo, también elevan las apuestas para Irán, que apoya a estos grupos y ha prometido venganza. Estos eventos intensificarán los temores crecientes de que el conflicto en Gaza pueda escalar hacia una guerra regional más extensa.
Un alto cargo de Hamás calificó el asesinato de Haniyeh como un "acto cobarde que no quedará impune". Por su parte, los mediadores de Qatar y Egipto señalaron que las negociaciones sobre un alto el fuego y la liberación de los rehenes en Gaza se verían retrasadas.
Hamas informó que Haniyeh fue objeto de un ataque aéreo en una "residencia en Teherán", tras su llegada a la capital iraní para asistir a la ceremonia de toma de posesión del nuevo presidente, Masoud Pezeshkian.
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