Un sarcófago sellado ha sido abierto por arqueólogos en la famosa 'Tumba de Cerbero', la cual fue hallada el año pasado en el sur de Italia.
Bajo la dirección de la doctora Simona Formola, el equipo descubrió un cuerpo "inhumado en decúbito supino" que, según un comunicado, presentaba un "excelente estado de conservación" después de más de 2.000 años.
El otoño pasado, en Giugliano, cerca de Nápoles, se descubrió un sepulcro misterioso que rápidamente adquirió el apodo de Cerbero. Esto se debe a que en su decoración resalta una imagen del perro de tres cabezas que vigilaba la entrada al inframundo en la mitología griega.
Antes de descubrir un pasaje que llevaba al sarcófago, los expertos habían estado utilizando microcámaras para examinar la tumba, la cual había permanecido sellada durante milenios. Al lograr observar el interior del sarcófago, los investigadores encontraron un cuerpo en posición supina, cubierto por un sudario y acompañado de varios objetos funerarios, tales como recipientes de cerámica y ungüentarios.
La presencia de objetos funerarios significativos, junto con la meticulosa edificación de la tumba, indica que la persona enterrada era una figura destacada, probablemente el líder de la familia para la cual se erigió el sepulcro.
Se debe a las condiciones singulares de la cámara sellada la notable preservación del entierro. La mineralización del sudario textil brinda una oportunidad inusual para llevar a cabo un análisis exhaustivo.
El estudio del polen presente en las botellas halladas en el sitio indica que es posible que el cuerpo haya sido tratado con ungüentos elaborados a partir de plantas como 'Chenopodium' (pata de ganso) o absenta, lo cual podría haber contribuido a su conservación.
En la actualidad, se llevan a cabo análisis de ADN en los restos momificados con el fin de identificarlos. Este hallazgo significativo proporciona información novedosa sobre las técnicas de embalsamamiento utilizadas en la antigua Roma.
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