La elección de los organizadores de los Juegos Olímpicos de incluir una parodia drag queen de la Última Cena en la ceremonia de apertura en París el viernes ha llevado a la pérdida de un patrocinador estadounidense.
El sábado, C-Spire, una empresa de telecomunicaciones con sede en Mississippi, anunció a través de un comunicado en Facebook su decisión de retirar su publicidad de la XXXIII Olimpiada.
La declaración mencionaba: "La burla de la Última Cena durante las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de París nos sorprendió. C Spire retirará su publicidad de los Juegos Olímpicos".
El gobernador de Mississippi, Tate Reeves (R, MS), expresó su satisfacción por la resolución tomada por la empresa de telecomunicaciones.
Reeves escribió: "Es un motivo de orgullo observar cómo el sector privado en Mississippi avanza y se establece firmemente". Añadió: "Dios no se burlará. C Spire ha marcado una línea que es tanto razonable como adecuada".
La actuación fue calificada como "una burla y una burla del cristianismo" por los obispos franceses, quienes también manifestaron su apoyo a "los cristianos de todos los continentes que han sido heridos por la indignación y la provocación". La indignación ante la exhibición sacrílega se extendió, llegando incluso a los círculos religiosos.
La política francesa Marion Maréchal utilizó las redes sociales para expresar que la exhibición considerada blasfema no representaba a Francia, sino que era el resultado de una "minoría de izquierda".
"En X se publicó que no es Francia la que se expresa, sino una minoría de izquierda dispuesta a provocar, para aquellos cristianos en todo el mundo que están observando la ceremonia de París 2024 y se sintieron ofendidos por esta parodia drag queen de la Última Cena."