Cuatro individuos, quienes conversaron con el Washington Post "bajo condición de anonimato", detallaron que los miembros del equipo de seguridad de Trump solicitaron la asignación de agentes adicionales y "francotiradores y equipos especializados" para eventos al aire libre o grandes reuniones públicas en las que participaría el ex presidente, además de equipos como magnetómetros.
Según NorthJersey.com, un "dispositivo utilizado para detectar campos magnéticos" es lo que se conoce como un magnetómetro, el cual se emplea para inspeccionar a las personas que acceden a "eventos públicos, aeropuertos y edificios gubernamentales".
Según informaron las fuentes al medio, se mencionó que "altos funcionarios" del Servicio Secreto supuestamente indicaron una "falta de recursos" como resultado de la denegación de las solicitudes.
El 14 de julio, Anthony Guglielmi, quien es el jefe de comunicaciones del Servicio Secreto, realizó una declaración en la que sostuvo que "la afirmación" de que el equipo de seguridad de Trump había solicitado "recursos de seguridad adicionales que el Servicio Secreto de los Estados Unidos o el Departamento de Seguridad Nacional rechazaron es absolutamente falsa".
"Recientemente, el equipo de seguridad del expresidente recibió recursos y capacidades de protección adicionales por parte del Servicio Secreto de Estados Unidos", comentó Guglielmi.
El medio informó que, tras la negativa previa del Servicio Secreto de "rechazar solicitudes" para ofrecer a Trump "seguridad adicional", "ahora admiten que algunas pueden haber sido rechazadas".
El Servicio Secreto, que en un principio había negado haber desestimado solicitudes de seguridad adicional, ahora admite que es posible que algunas hayan sido rechazadas. Esta información sale a la luz cuando veteranos de la agencia comentan que la organización ha tenido que enfrentar decisiones complicadas debido a demandas contradictorias, un número creciente de protegidos y recursos limitados.
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