La iniciativa internacional que promueve el acceso al tratamiento de enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis en poblaciones de países en vías de desarrollo, Unitaid, publicó este martes un informe sobre la vulnerabilidad de 10 productos sanitarios clave ante un clima cambiante, y a su vez, sus efectos negativos en el medio ambiente.
También hizo un llamamiento para que la industria sanitaria mundial, políticos, gobiernos, instituciones de investigación y los principales compradores de productos farmacéuticos garanticen que los productos sanitarios sean resistentes al cambio climático antes de que sea demasiado tarde. La publicación tiene lugar a pocos días de que comience la COP28, la cual contará por primera vez con un día dedicado a la salud.
Responsables del 4,6% de las emisiones
La iniciativa recordó que el sector sanitario mundial representa el 4,6% de las emisiones netas de carbono, las cuales son el producto de la intensidad de las emisiones, el consumo por paciente y la demanda existente.
A pesar de su pequeño tamaño y peso, los productos sanitarios pueden tener huellas de carbono significativas. Esto se debe en gran medida a la presencia de componentes cuya producción consume mucha energía, como los principios activos en los medicamentos y los plásticos en los diagnósticos, el uso frecuente del producto por parte de cada paciente, y la gran demanda en todo el mundo, señala el estudio.
Además, el impacto de los residuos sanitarios en la naturaleza es en especial problemático, sobre todo en entornos con recursos limitados para su gestión.
A su vez, la degradación de la naturaleza y el aumento de las temperaturas amenazan la eficacia de los productos sanitarios y la disponibilidad de principios activos clave para los medicamentos.
Evaluación de toda la cadena de suministro
En este contexto, el estudio presenta una evaluación a lo largo de toda la cadena de suministro de los productos, desde adquisición de materias primas hasta la eliminación de residuos, y sugiere 20 soluciones técnicas que podrían hacer que esos productos fueran más resistentes al cambio climático, reduciendo al mismo tiempo las emisiones en un 70%, incluido un 40% que podría aplicarse sin aumentar los costes.
Se trata, por ejemplo, de mejoras en los procesos de producción, rediseño de envases y productos, mejoras en la circularidad de la fabricación y transición a energías renovables.
Los 10 productos analizados (cinco medicamentos, varios tipos de diagnósticos y tecnologías como mosquiteras e instalaciones de producción de oxígeno médico) desempeñan un papel crucial en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria, la mejora de la salud de mujeres y niños y la respuesta a emergencias mundiales. Estos productos no solo son intensivos en carbono, sino que también son vulnerables al cambio climático.
El director de los resultados del estudio, Vincent Bretin, destacó que el informe pone de relieve la enorme variabilidad de las emisiones entre los distintos productos y la causa de estas diferencias. “El principal factor suele ser la presencia de un material o ingrediente con alto contenido en carbono, en cantidades relativamente grandes, y creemos que este simple hecho puede orientar muchos esfuerzos de descarbonización en el futuro para los productos sanitarios”, enfatizó.
Productos climáticamente inteligentes
La iniciativa aseguró que la comunidad sanitaria mundial debe garantizar que estos productos sanitarios y medicamentos clave sigan siendo adecuados para su finalidad en un clima cambiante.
“Como organización centrada en la introducción de productos y la configuración del mercado, Unitaid ya ha empezado a impulsar estas soluciones con el objetivo de introducir 30 productos sanitarios clave climáticamente inteligentes de aquí a 2030, como parte de su nueva estrategia de Clima y Salud, que se lanzará la próxima semana en la COP28 en el Día de la Salud del 3 de diciembre”, añadió su portavoz, Herve Verhoosel.