Ya es conocido que diversas religiones, tan antiguas como las nacidas de los libros Veda, hace más de tres mil años, han dejado claro, pero en forma de creencia, que todos los seres humanos éramos la misma Especie, y que todos nacimos hijos de la misma Madre tierra.
El Cristianismo, hace dos mil, dijo que no hay ninguna distinción y que todos provenimos del mismo Dios padre. Hoy el estudio del Genoma Humano ha probado científicamente que somos la misma y única especie. Nada más y nada menos.
Lo anterior deja absolutamente meridiano que todas las construcciones culturales o civilizatorias, así como las distintas creencias que se basaban en las Razas, Color, Tamaños, o Estructuras faciales, eran eso, culturales, inventadas, es decir… falsas. En su momento en base a ellas crearon e impusieron sus órdenes sociales, pero ahora han de desaparecer porque no tienen ningún sentido que pervivan.
Como a partir de ahora el Logos que hemos de seguir todos, es el del mejor conocimiento posible de nosotros mismos y de la naturaleza de la que formamos parte, el primer gran conocimiento es que somos una única especie, la Especie Humana. Este gran descubrimiento, ya demostrado, rompe con muchísimas creencias, dogmas, costumbres e imposiciones culturales. Es una piedra base que provoca un enfoque distinto a muchas materias políticas y sociales. Todo lo que debemos hacer es construir un logos que lleve a un orden que nos englobe a todos. Cualquier otro intento está abocado, antes o después, al fracaso más estrepitoso.
Lo que está probado desde hace miles de años, es que las personas e incluso las familias, y hasta las tribus enteras, eran de una religión determinada, con una creencias inamovibles, pero que integrados en otra civilización cambiaron sus creencias y siguieron viviendo igual, se mezclaron con los nuevos, y cien años después ya nadie diferenció a unos de los otros. ¿Qué decir de las nacionalidades o de las mismas etnias?. Lo mismo ha sucedido con las Razas. Sin embargo los individuos perduraron. Las personas siguieron sobreviviendo mezclándose, apareándose, creando nuevos individuos de las dos religiones, las dos razas o con las dos costumbres. Ese nuevo ser ya solo tuvo unas nuevas costumbres y unos nuevos criterios. Lo que deja muy claro que defender una u otra etnia o raza, o color de piel, no es más que una tontería momentánea.
Si somos inteligentes, y seguimos los verdaderos conocimientos del mundo que habitamos, hemos de plegarnos al hecho de que somos una única Especie que a través de las vicisitudes de la supervivencia los brujos y líderes Chamánicos inventaron las etnias, las creencias, los territorios que dieron lugar a los imperios y las naciones, que defendió unos colores o rasgos a los que llamó razas, frente a otros que simplemente no eran las suyas. Solo consistió en defender lo mío –nuestro- frente a lo ajeno, no hubo ninguna otra diferencia.
Cuando apliquemos con conciencia clara este hecho se nos abrirán muchas puertas en nuestra mente que hasta el momento parecían confusas. Seguiremos defendiendo una organización territorial estatal porque es la forma mejor de ordenarnos que conocemos hoy día. Es de momento el mejor sistema para ordenar la sanidad, la seguridad, la educación y enseñanza, y sobre todo el sistema de pensiones. Pero sin fanatizarlo. Defenderemos que una persona forma parte de este estado o del otro porque en alguno ha de estar organizada, pero sin primacías de pertenencia y menos aún defender que una raza, etnia, estado o nación es mejor que otra.
Una vez que quede absolutamente claro este conocimiento científico contrastado sabremos que toda la humanidad ha de sobrevivir y convivir por igual. Que la organización ha de ser global. Ordenando todo el globo y conservando toda la naturaleza en equilibrio, porque frente a una contaminación o la propagación de una enfermedad contagiosa la naturaleza no conoce fronteras. Y la pobreza, de forma directa o indirecta, afecta al final a todos los humanos. Nadie podrá construir una nación o estado rico al lado de otros pobres porque la destrucción del más rico ya está programada. Miremos la historia.
Nuestra conciencia ha de ser de Especie única. En un espacio terráqueo único. Y con un futuro y objetivo único: El de la supervivencia de la propia Especie.