El hundimiento de los medios tradicionales ha puesto el control de las empresas del sector en un peligroso monopolio.
Nos lo vienen advirtiendo los principales expertos del sector a nivel mundial, desde Jeff Jarvis a informes de prestigio como Reuters: el negocio tradicional de los medios de comunicación, que ha sido una mina de oro durante décadas, están inmerso en una larga agonía. Nunca volverán a ser un medio de masas. Tanto los medios que aún usan el papel como los digitales puros. Hay que reinventarlos de arriba abajo, ahora con la importante ayuda de la Inteligencia Artificial generativa, que no debe usarse para sustituir a periodistas. Y apostar decididamente por la alta calidad.
Los llamados “legacy media” son un desastre. Han caído dramáticamente las ventas, la publicidad ha huido y los costes se han disparado. Ni las suscripciones digitales ni la publicidad online logran compensar, ni de lejos, los resultados. Veamos: Vocento, EBIT negativo de 6,5 millones en el primer semestre. Prensa Ibérica, 3,6 negativos el año pasado. Prisa, 1.7 negativos hasta septiembre. Grupo Godó, cinco millones de pérdidas el pasado año. Henneo, 1,6 millones negativos al pasado año. A nivel mundial, las cosas son parecidas, con notables excepciones. Ante esta situación, algunos millonarios y grandes empresarios de tecnología han tomado posiciones en los medios a precio de ganga. Pero la situación real en profundidad es mucho más compleja…y peligrosa.
Paralelamente, la desbocada economía financiera se ha hecho con las claves del cotarro global, calladamente y sin ruido. Se llaman BlackRock, gestor de fondos, más de diez billones de dólares en activos. Vanguard, 7,2 billones, State Street, 4,2 billones. Blackstone, 620.000 millones. Longview, 220.000 millones. Ese grupo suma más o menos 22 billones de dólares. A comparar con el PIB de EEUU que es menor, de 21 billones. El de China es de 15 billones.
Estos fondos tienen posiciones significativas en casi todas las grandes empresas cotizadas de mundo. Los grandes medios de comunicación no les llegan ni al aperitivo.
Pero hay mucho más. Estos gestores de fondos tienen participaciones cruzadas entre ellos. Podríamos decir qie son el monopolio global más poderoso del mundo. Muchos son amigos entre ellos. El más destacado es Robert S. Kapito, presidente de BlackRock, muy preocupado por el medio ambiente. Que, por cierto, es judío. Todo un escollo para la causa palestina.
Conviene saber quiénes son tus verdaderos amos.