El WEF es considerado como el punto de encuentro de las élites globales occidentales, donde se reúnen líderes empresariales, políticos e intelectuales de renombre. El objetivo principal de este foro es el control absoluto de la población, con el fin de que estas élites se perpetúen en el poder. Para lograrlo, han diseñado un proyecto que incluye al estado como propietario tanto de los medios de producción como de los bienes de consumo.
Esto significa que los ciudadanos recibirían del Estado los bienes y servicios necesarios de forma gratuita, a cambio de renunciar a la propiedad de los mismos. En este escenario, perderíamos nuestra libertad individual y propiedad, ya que todos los bienes serían poseídos y controlados por esta élite política global. Pero ¿cómo pretenden obtener el consentimiento de la sociedad para llevar a cabo este proyecto?
En primer lugar, prometerían una sanidad universal de calidad y gratuita. Además, implementarían una renta básica universal, la cual estaría vinculada a la desaparición del efectivo y al uso de monedas digitales emitidas por los bancos centrales. Esto nos llevaría a un sistema de puntos o crédito social similar al de China.
Bajo este sistema, aquellos que infrinjan las reglas establecidas por las élites serían fácilmente penalizados. De esta manera, se pone en juego nuevamente la libertad individual.
Como señaló Cervantes en su obra "Don Quijote", la libertad es uno de los dones más preciados que los cielos han otorgado a los hombres. Con ella, no se pueden igualar los tesoros de la tierra ni los del mar. La libertad nos permite dar vida a nuestras acciones. En resumen, el Foro Económico Mundial plantea un proyecto en el cual el estado controlaría tanto los medios de producción como los bienes de consumo, a cambio de prometer una sanidad universal y una renta básica.
Sin embargo, esto conllevaría la pérdida de nuestra libertad individual y propiedad. Es importante reflexionar sobre estos temas y estar conscientes de las implicaciones que conllevan.