Con un flujo constante de niños migrantes, el gobierno federal de Estados Unidos está respaldando a la red de tráfico de niños más grande del mundo, como se muestra en una inquietante exposición. En un video publicado por Muckraker en X, se pueden ver imágenes perturbadoras de niños pequeños siendo colocados en grandes camionetas con vidrios polarizados, mientras sus sombríos escoltas ocultan sus tarjetas de identificación y les prohíben hablar con los reporteros. Lamentablemente, el destino de estos niños sigue siendo un gran misterio, y hay miles más como ellos que desaparecen regularmente en los EE. UU.
Cada año, aproximadamente 350.000 niños ingresan solos al país, según la publicación. De estos niños, se estima que alrededor de 85.000 han desaparecido. Muchos de ellos son obligados a vivir en servidumbre involuntaria, explotación sexual y otros terribles horrores, incluso el tráfico de órganos. Estos niños provienen principalmente de áreas remotas de América del Sur y Central. Algunos son atraídos desde sus aldeas por anuncios de radio que prometen una vida mejor en los Estados Unidos, mientras que otros son secuestrados o vendidos por sus propios padres a traficantes.
El cártel que trafica con los niños los marca y, en ocasiones, son llevados a través de la frontera estando incapacitados. A pesar de esto, la Patrulla Fronteriza a menudo hace la vista gorda y los registra de todos modos. Algunos adultos solteros los toman bajo su cuidado para aparentar ser una familia y aumentar sus posibilidades de ingresar a los EE. UU.; posteriormente pueden ser contrabandeados de vuelta a México y utilizados nuevamente para este propósito.
En un plazo de 72 horas, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) debe recibir a los niños no acompañados entregados por la Patrulla Fronteriza. Mientras esperan ser procesados y colocados con un patrocinador en los EE.UU., son retenidos en complejos administrados por contratistas del gobierno. Estos centros, que Muckraker compara con campos de concentración, se encuentran en lugares como Eagle Pass, El Paso, Los Fresnos, Carrizo Springs y Pecos.
Para un lugar que solo alberga a niños y no tiene conexiones nefastas, parecen muy excesivas las torres de vigilancia, vallas dobles, reflectores y otras características de seguridad presentes en muchos de estos recintos.
Lo que les sucede a estos niños es un misterio, aunque se sabe que con frecuencia están involucrados en el tráfico sexual y el trabajo forzado. En vista de que la Administración Biden sigue implementando políticas de fronteras abiertas, en el futuro previsible habrá una constante provisión de niños que podrían ser víctimas de traficantes de niños, con la asistencia del gobierno federal.
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